【Capítulo Único. 】

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Estaba tirado sobre el frío pavimento, jugaba con una basurita allí tirada sin ni siquiera mirarlo. Muchos lo observaban, con sonrisas burlones y desinteresadas. Aunque él seguía con aquella sonrisa de idiota, mientras soltaba pequeñas lágrimas.

El moreno lo había insultado cuando le entregó un cupcake, lo quiso molestar un poco y resultó mal en todos los sentidos.

Arrojó el alimento al suelo, le insultó y le empujó.

¿Qué hacía él? Sólo sonreía.

Sonreía creyendo que tal vez aquel cuento de hadas maldito que estaba viviendo era equivocado, que no era para él.

Que, tal vez, su hermano le quiera aunque sea un estúpido segundo.

Suspira y niega, pensando que es una broma.

—Es bueno saberlo. —ríe al aire, y él no voltea.

Observa en silencio la figura de su amado irse lejos de él. Le dijo, nuevamente, sus errores en su rostro, y sólo asentía con una triste sonrisa, casi haciendo una fea mueca.

Puede que esta sea su rutina diaria, ser insultado por el mayor repetidas veces, pero no quita el hecho que sigua doliendo para él.

Hubiese preferido no sentir.

Se levanta del suelo dejando el desastre del cupcake allí, y cuando alza su mirada ve diversas risas, obviamente se estaban riendo de la escena con su “brah”.

Bueno, al menos logró hacer reír a la gente.

Se retira, con un aura de “felicidad” rodeándole. Sabe aparentar muy bien sus emociones, y nunca le ha sido un problema, pues nadie de su hogar ha sabido sobre eso. Hasta que la noche cae, y va lentamente a su cama, se tira sobre esta y abraza su almohada dejando caer en esta muchas lágrimas. Su habitación fue siempre testigo de su lindo dolor.

Y en aquella habitación guardaba una libreta con diversos nombres, entre ellos: Error.

Sabe que es su hermano y esta mal. Es pecado. Pero nunca vio el problema de eso.

¿Acaso es malo enamorarse?

En aquella deprimente libreta (que desde un principio iba a hacer en donde anotara sus deberes tanto escolares como de hogar) escribía cada amor fallido que tenía. Sus diversas infidelidades y amores no correspondidos. También anotaba los nombres de personas (más que nada: esqueletos) que solamente fueron novios de él por cierta pena o lástima.

Él siempre resultaba ser el juguete favorito de todos.

—¿Por qué me odias, Error? —era lo que más preguntaba al nombrado.

—Eres una molestia. Un ser abominable. Alguien a quien desprecio. Por tu culpa nuestra madre falleció. —escupió con resentimiento y el menor soltó una pequeña sonrisa, dolido.

—I know, brah, I know. —soltó Fresh, agradeciendo tener sus lentes, pues las primeras gotas saladas iban saliendo de sus cuencas.

Él no tuvo la culpa de nada. Él amaba a su madre, y nunca deseo acabar con eso. Sólo se descuido un momento en la calle, y, de un momento a otro, estaba tirado en el suelo viendo el cuerpo de su madre cubierto de sangre.

Jamás quiso eso.

Geno le entendía y sabía que no fue su error, que en cualquier momento tuvo que haber pasado.

¿Y Error? Él desde que se enteró de la noticia odio profundamente a su hermano.

Y cuando quería acercarse para conversar había ocasiones donde lo ignoraba, lo golpeaba o insultaba.

「Amores Fallidos. 」 ErrorFreshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora