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Los personajes ni la letra me pertenecen.

PD: linda canción de cuna ¿no lo creen?

-.-

La plaga y pestilencia envié

Hasta tu lecho hasta tu hogar

Si has de beber si has de comer

Tus alimentos cubrirán

A tu ganado heriré

Oveja y bueyes morirán

Hasta en tus sueños entraré

Hasta romper y doblegar

Mi plaga envié

Mi enjambre envié

Dijo el señor

Los finos dedos de su madre acariciando sus cabellos sumados a su suave voz lo adormilaban pero luchaba por mantenerse despierto eran pocas las ocasiones en que estaban así debido al trabajo de su madre. Fuertes golpes y metal chocando se escucha de pronto, el niño no entiende que puede estar provocándolos pero su madre si, tensando sus músculos se levanta de los mullidos cojines donde recostada mimaba a su bebé y lo encierra en un gran armario que hay en la habitación.

–Quédate aquí – ordena antes de salir y enfrentar a quien se haya atrevido a invadir su hogar.

A su corta edad estaba acostumbrado a que su madre le diera esa orden, no le gustaba alejarse de ella y quedarse con las nanas sin embargo preferiría estar con la mujer de ojos idénticos a los suyos o con la que su madre llama habibati y el Anne. Pero su Anne aun no volvía. Salió un día y desde entonces no la veía; Damian quería que Anne regresara así los ojos de madre dejarían de estar tristes. Los minutos pasaban lentos y él se aburría de estar dentro de aquel armario pero sabía que debía esperar a que madre le dijera que...

La puerta se abrió de forma repentina y por ella entraron dos figuras, podía verla por las rendijas del armario, una la reconoció al instante era su madre blandiendo la espada que le prohibió utilizar para jugar pues pertenecía a su difunta abuela pero a la otra nunca la había visto. Usaba una capa negra con una capucha puntiaguda y un murciélago en el pecho, parecía un demonio.

– ¡Le di una nueva vida y te lo devolví!

– ¡Le lavaste el cerebro, sembraste tus ideales en él; cree que matar es una forma de justicia!

–Aprendió bien entonces.

–Me diste a un asesino.

–Te di a tu hijo.

–Tienes razón –el detuvo las estocadas, arrojo su arma lejos y se arrodillo frente a su madre, le tomo una mano y deposito un beso en ella. –Me devolviste a Jason y me has dado otro hijo... sin embargo no puedo perdonarte.

El demonio desarmo a su madre, ella saco el cuchillo que siempre llevaba en la cintura pero él fue más rápido y enterró la espada en su abdomen. Con un ruido sordo su madre cayo, la blanca alfombra tiñéndose con su sangre.

Jadeo ahogadamente y eso llamo la atención del demonio murciélago, se preparó para pelar cuando la puerta de su refugio se abrió aunque las probabilidades de terminar como su madre fueran altas sin embargo el demonio se quitó la máscara rebelando el rostro de un hombre, un hombre que lo estrecho contra sí y susurro una palabra contra su oído.

"Hijo"

¿Ese demonio era su padre, aquel que tanto quiso conocer?

El demonio lo alzo en brazos alejándolo de su madre. Pataleo, grito, lo mordió y araño para evitarlo pero él no se amedrento y lo saco de la habitación; la última imagen que tuvo de su quería madre fue de ella sobre un enorme charco de sangre y sus ojos sin luz.

Beso de JudasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora