Único

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A BaekHyun le tembló la sonrisa.



Hacía unos momentos al entrar al precioso edificio dónde su novio vivía, estaba en las nubes, imaginándose todas las escenas habidas y por haber en dónde el alto lo tomara con fuerza. Sintió un ligero rubor en sus mejillas a causa de sus pensamientos para nada inocentes y bufó, porque ya no era un niño y no tendría que estar sonrojándose por cosas como estas, pues claro estaba que hace tiempo había dejado de ser aquel lindo e inocente chico que entro a la universidad con temor. Ahora era un hombre de veinticuatro años y trabajaba en una de las empresas de diseño más reconocida en toda Corea como diseñador de interiores, pero toda la culpa la tenía el CEO adorable que tenía por jefe, porque aunque fueran novios desde hace tres meses, el hombre lograba hacerlo sonrojar y que su corazón se acelerase tropezando con su pecho y sintiendo sus pulmones colapsar por la falta de aire, sin contar las estúpidas mariposas que se hacían presente en su estómago y él pensó que sería algún reflujo por aquella pizza que se comió.



Pero ahí estaba, con su jean ajustado de color negro, cómo tú alma, le habría dicho LuHan, su mejor amigo, una camisa de botones azul marino y su chaqueta de vestir negra a juego, sintiéndose lo más atractivo y seductor para su hombre, porque sí, hace tiempo que ya había marcado a ChanYeol como suyo y viceversa, y él no tenía la intención de compartirlo con nadie. Cuando llevó un mechón plateado de su frente hacía atrás con un elegante movimiento para colocarlo en su sitio, tocó el timbre, tratando de no lucir ansioso por abalanzarse a comerse los labios del hermoso bigardo. Esperó unos segundos y fue a ahí donde la puerta se abrió y sintió como su sonrisa temblaba.

-¿Tú eres el novio de mi papi?- BaekHyun parpadeó tratando de no sentirse deslocado. ¿Papi?, el sólo tenía conocimiento de que a ChanYeol solo él lo llamaba papi y no precisamente porque se sintiera cercano a el de una forma paternal. Trató de mirarlo detenidamente sin sentirse cohibido y un tanto irritado por la presencia del niño que no tendría más de cinco años. Era alto, pero sus rasgos hacían notable lo pequeño que era, sus orejas sobresalían de su cabeza y sus grandes ojos negros lo miraban con escrutinio. Era como un mini ChanYeol, pero con un rastro seco de helado de chocolate en sus mejillas y un pijama de cars.

-Bueno, sí, lo soy- respondió algo cortante. No sabía qué hacer ni cómo actuar. ChanYeol no había mencionado que tuviera un hijo, en sus tres meses de relación, él nunca llegó a mencionarlo y BaekHyun se sintió molestó, ¿Cómo ocultas algo así?. Con ganas de rodar sus ojos, entró al departamento que ya había conocido en veces pasadas. ¿Cómo es posible que nunca los notara?, no puedes ocultar a un niño por dos días seguidos. Sabía que había más habitaciones en el departamento, pero nunca tuvo la curiosidad de preguntar, es decir, bien podrían ser de invitados.

-¿Por qué tu cabello es gris?- el hombre al escuchar la pregunta del niño le dio una mirada seria y algo aterradora. Bien, si ChanYeol tenía hijos él no podría hacer nada más que entender, pero le molestaba la curiosidad y la imprudencia del menor, con ganas de decirle que no fuera un metiche, suspiró y le contestó.

-Porque me gusta.

El niño lo observó y frunció su pequeño ceño tal y como su padre lo haría. BaekHyun notó esto y al tratar de avanzar un poco más por el espacio de la entrada, recordó que ChanYeol tenía una foto del niño en el escritorio de la oficina. Al principio, BaekHyun pensó que podría ser un sobrino, puesto que él sabía que el alto tenía una hermana mayor, pero tragó grueso cuando recordó otro detalle, y es que junto al niño había una chica, una adolescente.

Son dos, pensó BaekHyun con irritación.

El hombre más bajo tenía una mala imagen de los niños. Le parecían molestos, revoltosos y sucios. Cuando él tenía catorce, su mamá le había dado la sorpresa de que ya no sería hijo único y BaekBeom llegó nueve meses después para meterse con sus cosas y rayar los apuntes de sus estudios. Cansado de conseguir sus cosas llenas de baba por el niño en cuestión, a los dieciocho se mudó solo para alejarse del inquieto humano que era su copia exacta.

Cruella {ChanBaek!au}Where stories live. Discover now