Cocotopo cada día se ponía más triste y más nervioso, seguía sin saber cómo decirle a Gandolfo que no iba a ir a ningún lado.
En cambio, Gandolfo estaba muy emocionado, pensaba que pronto iba a conocer al amor de su vida después de tantos años.- Cocotopo, llegaré al hotel por la mañana, ¿Te parece bien si nos vemos esa misma tarde? - dijo Gandolfo excitado.
- Gandolfin, tengo que hablar contigo sobre una cosa... - Cocotopo tenía miedo de que su amistad se fuese a la mierda.
- ¿Qué pasa?
- No voy a ir a Málaga, todo lo que dije fue una broma, no esperaba que te lo creyeras. - de repente se hizo el silencio.Gandolfo estaba atónito, no sabía cómo reaccionar. ¿Cómo se lo iba a contar a sus padres? ¿Qué debía pensar ahora de Cocotopo? Se sentía decepcionado.
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Esa misma noche, Gandolfin decidió hablar con su madre sobre lo ocurrido. Le contó todo lo que su amigo le había dicho y la conversación que había tenido al respecto. Se le caían las lágrimas por la tristeza y la impotencia.