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Erick

Terminamos de comer y subimos al cuarto, salí a la ventana y era un día soleado y caliente.

—Hey Joel porque no vamos a la piscina...
—Que no soy tu novio?
—Angelito amor mio dueño de mi corazón, me quiere acompañar a tener sexo en la piscina? – el se puso a reír y se tiro en el puff.

—Ya lo hicimos Erick, además estoy cansado– yo me puse a reír y me subí enzima de el y como su cabeza estaba para atrás comencé a besarle el cuello.

—Erick detente...
—No... Asta que se me pare me voy a levantar...
—A pues ya casi– dijo riendo, yo sonreí y comencé a succionarle el cuello y a dejarle una nueva marca.

—Erick ya levantate.
—No asta que se me pare y me lo digas muy bonito.
—Mi amor... Mi niño hermoso, te puedes levantar? Por favor, si lo haces te consentiré mucho mi príncipe– yo me puse de pie y luego le extendi la mano para que levantará.

—Entonces vienes conmigo?– el asintió y agarro la toalla, bajamos y ya los chicos estaban apunto de irse y quedaríamos solos.

Llegue a la piscina mientras Joel se despedía de su hermano, me comencé a quitar la ropa y me quede con el short puesto.

Luego llegó el y se comenzó a quitar la ropa y yo lo veía como idiota como se quitaba cada prenda, el sonreía al ver como lo miraba.

—Vez? Tomar mi leche te pone tan bueno...
—Sabes que me la tienes que dar todo la vida, verdad?
—Si... Aunque ya sabes que tu trabajo es alimentarme bien– el se puso a reír y entro a la piscina, lo agarre de las caderas y comenzamos a besarnos, yo metí mis manos dentro de su bóxer y comencé a tocárselo.

—Que no puedes tener quietas esas manos?
—No, necesito tocar lo que es mio para ser feliz...
—Yo soy feliz y no te lo ando tocando– el puso sus manos en mi pecho y comenzó a jugar con los bellos que tenia justamente en el centro.

—Si no lo tocas es porque no quieres pero tienes el derecho...
—Claro, si es mío.
—Cierto, de Joel Pimentel dice va?– los dos nos pusimos a reír y me acorde de aquella conversación.

—Tu cuerpo también?
—Tambien, oye amor ya has pensando en cuando tengamos hijos, ya no tendremos sexo?
—No, eso se acabará – dijo con una gran sonrisa, yo lo mire serio y el se puso a reír.

—Pero...
—Mi amor como se te ocurre? Ya te imaginas que andan ahí los niños y nos descubran, no gracias – yo lo seguía mirando serio y el trataba de no mirarme.

—Pero yo llegue primero y siempre tengo que ser el primero...
—Cuando nazcan, ellos serán primero y después mi esposo– yo agache la cabeza y el otra vez se puso a reír, me abrazo y mi cabeza quedo enzima de su hombro.

—No tendremos entonces – le dije muy serio.

—Tu no mandas– se separo y me miraba muy desafiante.

—Yo digo que no y así sera.
—Si me amas dirás que si– que chantaje.

—Con una condición.
—A ver...
—Quiero sexo los trescientos sesenta y cinco días del año, todos los años...
—Mi amor entiende...
—Nada entonces – me cruce de brazos y el solo se puso a reír y me miraba fijamente a los ojos.

—Tan lindo que te vez... Esta bien, aceptó.
—Tenias que mi amor– yo lo agarre de las mejillas y comencé a besarlo.

Como no darle hijos a mi futuro esposo y amor de mi vida, claro que lo haría.

—Ya has pensado en algún nombre?
—Si ya te dije que Brian – yo lo mire serio y aunque yo lo llevara y me gustara no quisiera que se llamara así.

Mi asesino favorito ||Joerick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora