—Este es un proceso un tanto largo, pero dados todos los antecedentes entregados por el área de salud mental, será el inicio de tu nueva identidad, Luka. —escuchó decir al doctor con quien llevaba viéndose desde los 13 años. —Bienvenido, jovencito.
Los ojos se le llenaron de lágrimas al escuchar que por fin lo estaban llamando de esa forma, siempre había tenido que ocultar aquel enorme pesar que lo corroía por completo, siempre se había sentido extraño, como que algo no encajaba en su persona, pero había nacido como una chica y su familia no había sido capaz de leer los primeros indicios de aquel chico que se encontraba atrapado bajo el nombre de Juleka Couffaine.
—Gracias, doctor. —su voz se había adelgazado tanto que sonaba como un susurro. —No tiene idea de lo feliz que me siento con todo esto.
Se levantó del asiento de la consulta, demasiado emocionado para poder decir siquiera algo, sabía que sus amigas lo esperaban afuera y empezarían a preparar para que Juleka por fin pudiera dar paso a Luka. Al abrir la puerta, miró con detenimiento unos brillantes ojos azules esperaban encontrarse con los de él, Rose se encontraba ahí, esperándolo, junto con sus otras amigas, Marinette, Alix y Alya. Eran las únicas que habían estado al tanto de todo este proceso y que habían decidido a toda costa ayudarle para conseguir su mayor sueño.
—¿Y? ¡¿Qué te dijo?! —escuchó la voz chillona y desesperada de Rose. —¡Vamos, que muero de curiosidad!
Luka se sentó unos momentos, le costaba asumir todo lo que estaba pasando ese día, era demasiada emoción junta para alguien que le costaba, incluso, decir que le gustaba el helado de cereza. Pero pudo asentir, mientras intentaba formar las palabras en su cabeza con cierto pesar.
—Ha dado el visto bueno, por lo que empezaré a tomar hormonas. —pronunció luego de un rato. —Los cambios se podrían empezar a notar realmente a partir de los tres meses, pero eso varía dependiendo del cuerpo.
Las chicas sonrieron. La alegría las embargaba completamente.
—Entonces hay que empezar a preparar todo para Luka, ¿no creen, chicas? —dijo Alya.
—Deberemos empezar con un corte de cabello, entonces. —pronunció rauda Alix,
—Luego va la ropa. —terminó por decir Marinette.
Rose tomó su mano mientras le daba una de esas encantadoras sonrisas que enternecían el corazón de cualquiera. Sin embargo, no pudo pensar en aquella bella y enorme cabellera la cual había sido una de las pocas cosas que aún disfrutaba de ser mujer, pero era un paso importante y no se amedrentaría como lo hubiera hecho en momentos pasados. Una brillante sonrisa se dibujó en su rostro, animando al resto de que este era el norte, salieron del centro médico. Hoy por fin salía Luka a la calle y no podía evitar sentir el pecho apretado de la emoción.
Las vacaciones habían recién empezado y quedaba bastante tiempo para que los demás pudieran conocer al chico que siempre había estado encerrado en su interior.
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—Vamos, Luka, no puedes acobardarte ahora, el director Damocles está al tanto de la situación al igual que el cuerpo docente. —escuchó decir a Rose mientras tiraba de él del brazo. — No tienes de qué preocuparte, estaremos apoyándote y nada malo pasará.
Se encontraba con su cabellera corta, con la ropa que Marinette le había hecho y con tres meses de tratamiento que habían ayudado a que desarrollara más musculatura y poco de vello facial que debía afeitar. Las puertas de la escuela se le hicieron enormes y una sensación de que todos se burlarían de él se apoderaron de un momento a otro, sin embargo, la mirada de una chica de otra clase, Aurore Beauréal, le dio mientras le guiñaba el ojo dio una especie de valentía que sonrió de vuelta y se adentró a las instalaciones educacionales.
Mientras subía las escaleras, notó como Marinette cruzaba el umbral de la puerta ligeramente apresurada, probablemente pensaba que llegaría tarde. No pudo evitar sonreír ampliamente frente a aquella situación, siempre apresurada, siempre corriendo, era una persona demasiado olvidadiza. Al poder ingresar al salón de clases se dispuso a caminar hacia el asiento que siempre había ocupado, se encontró con la mirada escrutiñadora de Chloé quien parecía inquieta o molesta por lo que veía.
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El nacimiento de Luka
Short StorySiempre había tenido una sensación de estar fuera de lugar, pero hasta que no había hablado con sus amigas fue que notó cual era el origen de aquel malestar. Sus amigas fueron quienes la impulsaron a descubrir su identidad real y aunque tomó cuatro...