Capítulo I

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Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, todos los personajes son propiedad de la franquicia de DC, yo solo los pido prestados para traerles esta historia

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Mirar las pinturas de Picasso, siempre era un misterio, habían tantas cosas que se expresaban en esas pinturas, belleza, pasión tranquilidad. Tim siempre había sido bueno con las letras y el arte y aun así, cada vez que veía las pinturas, encontraba algo nueva en ellas. Su favorita, sin embargo era "EL Guernica" puesto que desde la perspectiva del Joven Drake era la epitome del cubismo, además de lo oscuro que podía llegar a ser la historia, con lo referente a las guerras.

Y con un análisis así, la gente creería que Tim Drake era un graduado en arte, o algo así, pero no lo era, era un simple tatuador, que solía apreciar lo maravilloso de algo cuando lo veía, más aun cuando era una colección tan famosa. Paso por varios cuadros, mirando las diferentes etapas del artista, la etapa azul, la etapa rosa, deteniéndose a admirar los detalles, la cantidad de esfuerzo que el artista le ponía a todo lo que había pintado antes de su muerte.

Allí en ese lugar donde el arte brotaba por cada muro el joven Drake se topó por primera vez con alguien que iba a tener significancia en su vida, claro, por aquel entonces, no lo sabía y procedió más bien como un encuentro casual en donde conversaron un poco de lo profundo que era el arte, y lo desvalorizado que se encontraba en los últimos años. Eso sí, para Tim que jamás olvidaba un solo rostro, o un solo detalle de sus alrededores, pues, recordaría a la perfección el rostro, de esa persona.

Sus facciones eran duras, como las de alguien que ha cargado el peso de la soledad durante mucho tiempo. Llevaba el ceño fruncido como si es que tuviera una armadura muy pesada en sus hombros. Por lo demás, se lo veía caminar con un buzo negro, que no demostraba nada más allá del gusto por la ropa de algodón y un jean de color café oscuro, dándole la apariencia al muchacho de que tenía una leve idea de lo que era más apropiado para vestir según la época. ¡A sí!, y había un rasgo, uno solo que logro llamar la atención de Drake, un pequeño mechón blanco, posiblemente pintado, pero que caía de manera grácil sobre el rostro ajeno, suavizando un poco su duro semblante.

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La siguiente vez que lo vio fue todo por cuestión de las casualidades, Tim había estado trabajando como tatuador para un amigo, devolviendo un favor, a la final, Bart y Rose, siempre habían sido buenos compañeros, lo malo es que una persona de las que estaban atendiendo por alguna razón, no estaba tan contenta con el trabajo que estaban realizando, y en vez de quejarse como una persona racional, comenzó a lanzar improperios fuera de la tienda, inclusive queriendo romper el vidrio del lugar.

Sin embargo, no fue Bart quien se encargó de enseñarle una lección al muchacho, si no Tim, que lo saco a rastras de la tienda. Pensaba dejarlo allí, sin embargo, el tipo le lanzó un golpe a Tim, para el momento en el que lo tumbó, buscar entre sus cosas, tomando las llaves de su pequeño local, y luego darse a la huida.

Tim quien no era alguien de problemas, sin embargo, no podía dejar que esas llaves llegaran a manos de alguien más, y lo siguió a través de una plaza, hasta una esquina cerca de un semáforo, en donde sin pensarlo dos veces en el momento que pudo, grito para pedir ayuda. Y alguien, amablemente, se encargó de eso.

El muchacho del museo, al escucharlo, le lanzó solo un golpe en las sienes deteniéndolo de inmediato. Tim no reaccionó de inmediato, por lo mismo, no es de sorprenderse que se tropezara con lo que se encontraba arrimado en el piso en ese momento, una serie de masetas, de diferentes formas y tamaños.

Claro, no duro en el piso demasiado tiempo, y en el momento en el que se levantó Jason tenía agarrado al tipo que había dejado inconsciente del cuello de la camiseta.

-Creo que esta basura es tuya-Comentó algo seco, para dárselo casi que en la mano. Tim, lo recibió, únicamente para dejarlo asentado en un callejón.

Estuvo a punto de marcharse, cuando una mano pesada se posó en su hombro.

-Yo sé que no fue tu culpa, pero alguien debe pagar por esas masetas-Dijo señalando la cerámica, que estaba hecha pedazos por el piso.

Tim miró, y luego miró el traje del muchacho. En todo lo grande y masculino que se lo veía, llevaba puesto un delantal de color amarillo, y un par de guantes verdes. Era poco común ver algo así, teniendo en cuenta la cultura machista que solía rodear algunos sectores de Gótica, sin embargo, no era nadie para juzgar, y más allá de eso, se encontraban en pleno siglo XXI como para ponerse a juzgar a alguien por la manera en la que vestía o el trabajo que tenía.

Por lo mismo, Tim solo le regalo una sonrisa, y asintió. - ¿Cuánto sería?

Jason sacó cuentas y respondió casi de inmediato. -Veinte dólares.

Tim se los entregó, pero no sin antes satisfacer su curiosidad, pese a que era un tatuador, la curiosidad que solía envolverlo de niño, no la había perdido. - ¿Eres el florista de la tienda?

Jason se descolocó un poco, pero luego recordó que la manera en la que vestía lo delataba.

-Sí, Jason Todd, florista y artista de tiempo completo.

-Tim Drake-Dijo el más pequeño estrechando la mano ajena.

Una forma quizás un poco cliché de conocerse, sin duda, pero las amistades comienzan por cosas pequeñas como esas.

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Hace mucho tiempo....

No era tan común que los ángeles y los demonios se encuentren, a la final cada uno tenía su espacio y eran dos especies diferentes. Sin embargo, a veces se daba, en aquel entonces todo comenzó por que el demonio, siempre mucho más rebeldes que los ángeles, comenzó a caminar, por las afueras de las puertas del cielo, con cierta precaución de que lo vean, a la final, siempre existían guardias que resguardaban la puerta.

El demonio camino muy cerca de una de las rejas, pretendiendo escabullirse. Y allí, lo vio por primera vez. No, no era la primera vez que se topaba con ángeles, pero si era la primera vez que quedaba avergonzado y atónito por la belleza de uno. El ángel tenía cabello corto, negro como el carbón, unos ojos azules que se asemejaba al cielo que había creado Dios para los hombres. Las alas del ángel, eran majestuosas, pero lo que lo hacía algo diferente eran las plumas, que guardaban cierto color tornasol por lo que parecían cambiar a rojo muchas veces.

El demonio, sin darse cuenta, se acercó motivado por lo que observaba. Allí fue cuando el ángel se percató de la presencia ajena, y no dudo dos veces en alzar el arma celestial que le solían dar.

- ¿Qué buscas? -Preguntó el ángel a la defensiva.

El demonio negó, gracias al cuello ya había pensado que haría si lo pillaban, entonces respondió como lo había planificado. -Simplemente estoy perdido.

El ángel, un ser de luz que estaba lleno de bondad en el en ese momento se compadeció, porque no podía haber nada más ridículo que un demonio perdido, es más, era hasta irónico. Porque ya de por sí, eran almas perdidas.

- ¿Qué es lo que buscabas?, quizás te pueda ayudar. -Comentó el ángel.

-El purgatorio, busco el purgatorio, puesto que debo llevarme un alma a que cumpla su condena.

El ángel le señalo un camino, y luego hizo como si lo ignorase, esperando a que se marchase. El hecho que lo dejara vivir ya era un acto de traición al grupo celestial, pero la rebeldía con una causa humanitaria, debía justificar sus acciones. ¿No?

El demonio de mientras aprovecho, y se encaminó de regreso a su hogar, deseando volver a ver a aquella figura.

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¡Hola! Again, no es mi OTP pero me gustan como ship, Tim me resulta mucho más fácil de escribir que Jason, eso si, pero hey, así de a pocos se aprende.

Como sea, espero que les haya gustado :)

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