Sentí una liberación. Una liberación de todo aquello que me atormentaba, que no me dejaba dormir por las noches. Esas cosas que generaban que me retorciese y estremesiese por dentro. Ya no sentía preocupación ni culpa por no intentar resolver esos problemas por que habían desaparecido de manera increíble. Desperté un día como cualquier otro (o al menos eso creía yo) y todo estaba resuelto.
Comenze a saltar en la cama cual niño que tiene un juguete nuevo y entonces me percaté de algo muy importante, mi esposa y mis hijos no estaban en casa. ¿Como era eso posible? Pleno enero todos con vacaciones pero ellos no estaban allí. Intente llamarlos pero nadie contesto. A pesar de esto seguía sin sentir preocupación sabía que en algún momento volverían a casa.
Dispuesto a desayunar baje a la cocina cuando de pronto un sonido fuerte irrumpió mi tranquilidad. Crei que había sido el viento pero al agudizar mi oído me percaté de que era el sonido de una persona caminando por la casa, golpeando cosas y/o objetos a su antojo. Enojado y dispuesto a cualquier cosa subi con un palo que siempre guardaba por si esto alguna vez ocurría. Nunca creí tener que usarlo pero el momento había llegado. Subí con velocidad pero sin hacer ruido alguno, según me acercaba los golpes se escuchaban cada vez más fuertes. Finalmente en la habitación observe todo detenidamente pero nadie estaba allí y todo estaba en su lugar. Revise, busque y volví a revisar cosa por cosa buscando la explicación a ese sonido que había fastidiado tan maravilloso día.
Al darme por vencido el ruido volvió a aparecer pero esta vez en la cocina, repetí el mismo proceso que al subir y nuevamente nada ni nadie estaba allí. Empecé a creer que me estaba volviendo loco pero al final la cordura perduró.
Luego de horas buscando, no sólo por dentro sino por fuera de la casa no encontré nada pero en esa búsqueda sentía a alguien que me perseguía a todos lados donde yo iba, lo sentía al lado mío todo el tiempo. Una sensación bastante incómoda realmente. Nuevamente baraje la opción de estar volviendome loco dado esto decidí ir al parque para despejarme pero comenze a hacerme preguntas al llegar allí ¿Que le pasaba a la ciudad? ¿Donde estaba todo el mundo? ¿Y mi familia? El Parque estaba desierto al igual que la ciudad. A pesar de tantas preguntas que tenía y que no lograba responder, la sensación de una persona a mi lado me dominaba por completo. A pesar de que era una extraña sensación no me molestaba, de echo me generaba cierta felicidad ya que era la única "persona" que estaba allí para acompañarme en esta utopía.
Regresé a mi casa con más preguntas con las que salí de ella. La noche llego y esa presencia que sentía no podía estar más ahí. Decidí deshacerme de esa ¿sensación?
Mi primer impulso fue llamar a "Caza fantasmas" pero como era de esperar nadie contesto el teléfono. Recurri a Internet en páginas de "expertos" en la caza de fantasmas pero a pesar de todos mis esfuerzos no conseguí que esa "cosa" que ya no sabia ni nombrar por que no sabia lo que era se fuese.
Estaba desesperado no sabia que hacer y mientras más pasaba el tiempo más me llamaba esa "cosa" me decia que lo siga, que el momento había llegado. ¿El momento de qué? ¿A que se refería?
Mi mente estaba cada vez más perturbada no podía pensar con claridad. Realmente me estaba volviendo loco. Me calme, respire hondo y comenze a reflexionar porque estaba allí y porque no había nadie más que yo. Sabía que alguna razón había pero ¿cual?
Estaba amaneciendo y yo estaba en el sillón con la cabeza gacha cuando me di cuenta de que la sensación de una persona se había ido, levante la cabeza y finalmente lo vi. Había sido el todo el tiempo, entonces comprendí todo. No me estaba siguiendo me estaba acompañando y mostrando el camino. Entendí donde estaba y por que estaba allí. Me arodille y llorando le pedí perdón por todo, de pronto toda despreocupación se volvio un tormento que, tengo que confesar, me destruyo el alma. Él simplemente puso su mano en mi cabeza y se transformó en una luz blanca que me cego por unos segundos.
Desperté y estaba en un hospital rodeado de mi familia todos estaban llorando y con mi último aliento y una sonrisa en la cara les dije: - "No lloren por mí, Dios está conmigo"