Heron

1 3 1
                                    

La señorita Randall me conduce por los pasillos del edificio hasta llegar a su despacho.
-¿Dónde estará la condenada llave?-Murmura. Como no la encuentra, nos metemos en el despacho de al lado. Pero al entrar, la señorita Randall se quedó paralizada. Movía los ojos de un lado a otro muy precavida. Al principio no entendía por qué, sin embargo, me fijé en todos los objetos de metal que había en la sala. Estaban vibrando.
-¡A la mierda!- Dice la señorita Randall. Dió un paso al frente. Acto seguido, todos los objetos de metal se pegaron a ella.
-Eres...- Digo confundido.
-Un Elementor.- Terminó ella.-Heron, ¿te das cuenta de que tus actos tienen consecuencias?Lo que acabas de hacer es una auténtica insensatez. Dime, ¿por qué?
Temblé un poco.- Mire, yo no quería...
-Heron- Me interrumpe.- Tu poder es controlable, a diferencia del mío.- Dice secamente.
- Me he dejado llevar por la ira.- Digo.- Ina, bueno...
-Heron, hay algo que debes saber y siempre recordar: somos especiales, raros, diferentes, como prefieras, pero somos Elementores y debemos estar orgullosos.
- Usted no parece muy contenta con su habilidad.- Replico.
-Lo mío es otra cosa, Heron, como antes he dicho y como has podido comprobar, mi poder es involuntario.
-Y por eso en su despacho no hay nada de metal.- Deduzco.- Y casi nunca da las clases en un aula.- Continúo.
- Exactamente.- Dice un poco más tranquila.- Llevo estudiando este tema desde que tenía 20 años. Mis padres eran humanos corrientes y yo siempre tuve que luchar contra mi poder, sabía que ellos no lo aceptarían. Estudié también Astronomía pero eso es más bien mi coartada. Heron te voy a explicar lo que es un Elementor y su historia: Hace 500 años, los humanos emigraron a Yuranis y esclavizaron a su raza. Más tarde, la esclavitud acabó pero había discriminación hacia los nativos yurinianos. A ellos les destinaron las ciudadelas más bajas, donde el aire es menos puro y hay menos comida y agua. Los humanos se repartieron las demás ciudadelas y progresaron mucho. Después de 15 años en Yuranis, algo empezó a cambiar: podías ver a gente volando, moviendo cosas con la mente, levantando pesados bloques de cemento con solo una mano... La atmósfera de este planeta afectó a algunos humanos, concediéndoles una habilidad especial y única. Cuando un Elementor moría, otro podría nacer con el mismo poder que este, pero no podía haber dos Elementores vivos con la misma habilidad. A la mayoría de los humanos les dio igual que hubiera gente con esos poderes, sin embargo, otros de ellos les despreciaban y les trataban como inferiores, raritos. Hubo un tiempo en el que eran perseguidos. El tiempo pasó y los Elementores empezaron a socializar y relacionarse con los yurinianos. Convivían...
-El resto de la historia la conozco.- Digo.- Mi padre me la ha contado muchas veces.
- Es verdad.- Dice sonriendo.- A veces me olvido de que eres hermano de Maureen.
-¿La conoces?- Pregunto.
-Es la mejor alumna que he tenido en todos mis años de profesora.
Oh, claro. Maureen es increíblemente inteligente, cuando éramos más pequeños yo decía que Maureen era un Elementor con dos habilidades.
-Nunca se separaba de ese muchacho, Krane...- Dice Randall.- Pero, ¿cómo se llamaba? ¡Lory! Eso es, Lory Krane.
Me acuerdo de Krane, era el mejor amigo de mi hermana, inseparables. No sé si se siguen llevando, ya no sé casi nada de Maureen.
Ha pasado una hora. Seguimos en el despacho. La señorita Randall dice que ya me puedo retirar:
- Espero que hayas aprendido, Heron, no olvides lo que te he dicho.
- Gracias señorita Randall.
- Puedes llamarme Abby.- Dice con su dulce sonrisa. Salgo del despacho. No sé con seguridad qué clase me toca así que deambulo un poco por los pasillos. Suena el timbre y veo a gente salir de sus clases. Genial, hora del recreo. Maten me está esperando en el banco junto a los baños. Siempre me espera, todavía no ha habido día en el que no me haya esperado. Eso me pone contento.
-Dicen que has liado una buena en el pasillo.
-Ah, eso sí bueno...
-¿Se lo merecía?- Preguntó con los ojos muy abiertos.
-Nadie merece que le lancen un rayo.- Digo rápidamente.
-Pero, de algún modo,¿lo merecía?
-Yo creo que sí.
-Entonces no tienes nada de lo que avergonzarte.-Exclama muy segura, algo seria.
-Si tú lo crees...
Al finalizar las clases Maten y yo volvemos a casa. Esta vez, me acompaña a la puerta.
-Adiós Heron.- Dice y me abraza.
Entro en casa con una amplia sonrisa.
Abro la puerta y oigo a Maureen hablando con mi padre.
-Todavía no está preparado, es un niño.- Dice Maureen.
-Pero pronto lo estará, ya lo creo que sí.- Contesta mi padre.
¿Preparado? ¿Preparado para qué?
No me atrevo a preguntar. Estoy toda la tarde dándole vueltas y me voy a dormir con muchas teorías en la cabeza.

He vuelto con muchas ideas para continuar Elementor. Sigan votando y comentando.♥

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 03, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ElementorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora