Prólogo

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Lograba percibir un peso en su pecho, no era doloroso ni asfixiante, en realidad era cálido y hasta cierto punto reconfortante.

Sabía que estaba dormido, lo sentía, pero la suavidad de su almohada; la textura de sus sábanas y el color de su pared que reflejaba luz de su ventana le daba a pensar lo contrario.

Espera...No había dejado la ventana abierta; desde que a la manada se le ocurrió que así sean las tres de la mañana entraban por ella y lo despertaban para investigar; una rabieta dos miradas de cachorrito y un par de gruñidos le costó poder dormir con tranquilidad.

Quería cerrar la ventana, para eso debía levantarse, pero no podía; estaba totalmente paralizado.

~Otro kanima??? No por favor ya sufrí lo suficiente con Jackson~

Empezaba a desesperarse cuando de repente escucho una voz; un susurro, fue lo suficientemente alto para entender...

~Será lo mejor mi pequeño~

Con eso pudo identificar que su "captor" era un muchacho, podría jurar que era un adolescente igual que él, aunque la situación no le daba a procesar nada más, sintió como su brazo derecho era levantado y un pequeño ardor cerca de la muñeca.

~Tres gotas serán suficientes por ahora; veo que estas consiente Stiles, no malinterpretes lo que hago es por el bien de mi pequeño y tengo hasta el amanecer para completar el ritual no estoy dispuesto a dejarlo en un orfanato nunca será igual a los demás~

~Pero a que se refiere este chico; ... pequeño? ~

El desconocido no dijo más, estaba muy apurado no contaba que el muchacho se despertara pero sería mejor; se encargó de la mezcla de protección para el lugar; de vez en cuando le echaba un vistazo al pequeño bulto que se encontraba en el pecho del chico que corre con los lobos, su ángel es tranquilo y no daría muchos problemas tiene la seguridad de eso; cuando termina todo falta apenas media hora para el salir del sol, le hubieran gustado hacer tantas cosas junto a su amado y el fruto de ambos pero lamentablemente no se puede dar marcha atrás y menos en este momento.

~Te amo mucho Deian tu padre también te ama y estaremos junto a ti siempre no lo olvides~

Se sacó un relicario pequeño que tenía alrededor del cuello con forma de un extraño escudo donde se podía apreciar un fénix con las alas cubriéndolo y se podía apreciar un rubí simulando un ojo; colocó una gota de su sangre al lado del rubí para completar el diseño; luego lo dejo en el escritorio junto a un par de cartas que explicaría la situación y el porqué de sus acciones regreso con el castaño para terminar el último rito.

~El intercambio de sangre te hará fuerte Stiles y sabrás lo que puedes hacer; cuida de mi hijo tal como su padre y yo hubiéramos querido~

~Dijo su padre?; eso quiere decir que este chico es la madre? ~

Supo que veneno de kanima era lo que había en su organismo y en cierta forma su cuerpo ya sabía combatirlo por lo que podía mover sus extremidades, aunque no a la velocidad que él quisiera; ¿pero hey era un avance no?; entonces se dio cuenta el joven que se encontraba a su lado tenía las facciones más definidas y agraciadas que haya visto si bien se podía apreciar que era un hombre tenía ese no seque que le atraía.

Stiles vio que el otro se sacó sangre con ayuda de una jeringa y le cambio la aguja para luego levantarle la camiseta he inyectarla en su estómago; le dolió muchísimo era como fuego en su interior que estaba quemando todo a su paso ; pero por más que quiso retorcerse y gritar no pudo; solo observo con horror como el chico levantó nuevamente su brazo y le mordía a la vez que sentía la succión del líquido vital para su organismo; vampiro gritó su mente; de repente el dolor de su cuerpo paro permitiendo dar un suspiro y pestañear varias veces para despejar las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos.

Estaba a punto de amanecer; es hora levantó al que sería de ahora en adelante responsabilidad del de lunares y le hizo morder su dedo índice a lo que humano logró percibir la nueva herida y una pequeña succión de la sangre que había brotado, una lagrima traicionera todo desde su pálida mejilla hasta la frente el pequeño ser en sus brazos; es todo mi amor hora de partir susurro, lo dejo al lado de un inconsciente Stiles que entre sueños le acercó a su pecho en un abrazo protector.

El chico sonrió tristemente y le dio una última mirada al cuadro frente a él para luego dirigirse a la ventana donde los rayos del sol naciente empezaban a emerger; la luz del astro llego a tocarlo y el lugar se volvía ceniza, pero no dolía no como lo que le hubiera dolido el corazón si su pequeño se hubiera quedado desprotegido; podía morir en paz.

Un grupo de aves al amanecer vio como de la ventana de un nido humano salía volando grácilmente un conjunto de cenizas y desaparecieron deshechas con el viento; ellas siguieron volando, no entenderán nunca a esos seres después de todo.

Mientras que en cuarto del castaño se escuchaba el palpitar de dos corazones, que serán a partir de ese momento... padre e hijo.

Es mi hijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora