Capítulo 4

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A pesar de casi haber dado una vuelta entera para despistar ir por el lado del campo de entrenamiento para entrar a la espesura del bosque había sido la mejor idea hasta este momento, por acción y reacción, mientras que Deian apenas y se mantenía quieto contagiado de la tensión de su madre, el mayor mantenía un debate consigo mismo.

"No lograran alcanzarnos."

~Debemos ir a nuestro refugio~

"Ir a casa sería demasiado peligroso, nos expondría deliberadamente."

~Entonces a un lugar donde no hallan humanos~

"Estamos en el bosque no hay humanos a esta hora."

~Entonces solo hay un lugar seguro aquí~

"No el Nemeton, queda muy lejos; hay otro más."

~Un punto que conocemos, pero no es nuestro nido~

"Pero si el de nuestro alpha."

~La mansión Hale~

Apenas y cinco minutos después ya se encontraba en la puerta de la reconstruida mansión, Derek había vendido un par de propiedades y recuperado la del bosque, al parecer algunos papeles se habían "extraviado", pero con los pedidos correctos la reserva nuevamente había retornado a la Familia Hale.

La mayoría de cosas se encontraban empaquetadas o con plásticos, cajas de diversos tamaños por aquí y por allá, y las paredes mayormente de blanco con toques de grises en los bordes que contrastaban por completo con la madera de las puertas y ventanas.

Además de tener el olor del alfa en cada rincón, en lugar más fuerte que el otro, pero lo suficiente como para saber que el lobo había salido de la casa en la mañana cuando lo había llamado; siguió el aroma hasta llegar a una habitación en el segundo piso al fondo del amplio pasillo.

~Este es, su nido, el lugar más seguro~

-Este será nuestro refugio hasta entonces Deian, descansemos un momento, ¿De acuerdo? - Murmuro por lo bajo mientras abría la puerta recibiendo todo el olor concentrado del dueño del cuarto.

Deian se removió entre curiosidad y busca de ser cobijado por el joven debido al cambio de olores tan brusco; definitivamente prefería el olor de su nueva mami, claro que sabía que su mamá real no volvería, pero quien lo sostenía emanaba un aroma tan cálido y acogedor como su madre solía tener y por supuesto que lo aceptaba.

-Tranquilo, aquí estoy, estamos seguros lo prometo- Le reconforto le ojimiel abrazándole de manera que su cabeza quede en el cuello donde sabía que el pequeño sentiría más su olor.

Al sentir a Deian más relajado se adentró por fin al lugar en dirección a la cama que aun tenia las sabanas revueltas, posiblemente debido al apuro que le había puesto al lobo esa misma mañana; se recostó en ella luego de mover el cobertor para que la superficie quedara lo más pareja posible y casi al instante verse arrullado por el aroma del lugar; acomodo rápidamente a su bebé cerca de su pecho haciéndole caer en un sueño casi al instante para poco después caer él también.

Solo esperaba no incomodar.

...

-¡Cora aquí ¡- Aviso el ojiverde al instante en el que logro ver la cabellera liza de su pequeña hermana.

-Hey Derek ¡- Regreso el saludo la joven con una pequeña sonrisa, era lindo y reconfortante volver a verlo a pesar de que solo había pasado un mes y medio.

A pesar de que había solo quince minutos entre Beacon y el siguiente pueblo al alpha le habían parecido solo tres, o tal vez fue que acelero a fondo debido a la emoción de sentir a un miembro de su manada regresar, bueno tal vez había más de la que creía tener porque no se percató en qué momento se encontraba dentro del aeropuerto mirando a todos lados en busca de la recién llegada.

Es mi hijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora