DNA+J

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-¡Papi Mochi!- JungKook llego corriendo a la cocina, tenia el ceño fruncido así que me acerque y sobe su frente para borrar sus pequeñas arruguitas.

-¿Que pasa, mi pequeño?- me agache a su altura con cuidado de no lastimar mi panza.

-¡Papa no quiso contarme la historia completa! Eso me dijo YuGyeom- un pucherito formaron sus labios y comprendí porque tan enojado, otra vez se peleó con su hermano.

Con cuidado lo tome de su mano, después pase mis manos bajo sus brazos para sentarlo en una de las sillas de la cocina, volteo un momento solo para revisar lo que tenia en el horno. 

-Te puedo contar lo que quieras, no se a que te refieres- peine un poco sus cabellos con ternura.

-Cuéntame la historia de ti y papa- Ladee un poco mi cabeza, ni si quiera Gyeommie había preguntado eso- Debo tener la historia completa.

-Esta bien, solo déjame terminar algo- me voltee a apagar el horno y revisar que estuviera todo en orden, tome otra silla y me senté junto al pequeño que me miraba atento y con ese brillo en sus ojos que podía notar cuando veía películas de superhéroes o su caricatura favorita, cuando le compraba dulces y cada que salíamos de paseo. 

Suspire 

> Conocí a YoonGi cuando tenía tan solo 13 años.

Vivía cerca de la escuela en la que yo asistía, entonces lo veía pasar por ahí cuando iba hacia la secundaria. Siendo sincero me daba miedo, era mas alto que yo por mucho, siempre estaba solo y tenía un aspecto serio e intimidante 

Mi mamá decía que me cuidara de él, que aunque era amiga de su mamá no lo conocía bien.

Mi hermano me protegía de todo y siempre me advertia que no me acercara a YoonGi aunque no lo conocía.

Siempre escuche comentarios negativos acerca de él, pero algunas de mis compañeras decían que era muy guapo y talentoso.

En ese entonces tomábamos el mismo autobús para clases de música y cuando estaba cerca de el podía oler su aroma, olía mucho a menta y eso me gustaba aunque no me dejaba de dar miedo.

Cuando le conté a mi madre que olía muy bien ella se espantó, yo aun era muy pequeño y YoonGi aun no se presentaba, decía que era muy extraño e insistía en no acercarme a él.

Entre a la misma secundaria que él, pues estaba cerca de donde vivía, todos me saludaban por una extraña razón aunque no los conocía. Les devolvía el saludo solo por cortesía, siempre fui un poco tímido entonces sentía mis mejillas calentarse y las tapaba con mis manos.

Era extraño que todos me saludaran, algunas veces me hacia sentir bien, ya no tenía que dar el primer paso para hacer amigos, me quitaba un peso de encima.

Empecé a toparme mas a YoonGi y la mayoría de esas veces su aroma me llamaba pero trataba de ignorarlo. 

En mi segundo año cada vez más personas me saludaban... Llegaron los momentos incómodos porque el aroma a omega se desprendía mucho de mi cuerpo y atraía a muchas personas, incluso a los mismos omegas.

Comence a usar supresores para ocultar esos aromas tan fuertes y de nuevo siempre ignoraba el llamado del aroma de YoonGi.

Podía saludar a todos como normalmente lo hacia pero cuando veía a YoonGi todo mi cuerpo era paralizado, era intimidante y atrayente a la vez. ¡Me confundía tanto! 

Muchas veces me paso, era como si toda la sangre de mi cuerpo fluyera a toda velocidad, como si todo mi cuerpo se volviera de gelatina y mi mente quedaba en blanco.

DNA- YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora