Prólogo

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Adrían estaba muy hérido, perdía mucha sangre, Pedro aún sujetaba la pistola nerviosa apuntando hacia nostotros.

—Pedro estas loco —grité desesperada—. Acabas de disparar a tu hermano.

—¡¡Cállate!! —gritó.

—Estas loco Pedro —dije mientras tenía entre mi brazos a Adrián.

—Loco por ti, yo te quería Agatha pero no me hiciste caso —soltó la pistola y empezó a sollozar.

Alejaba poco a poco de Pedro para después escaparnos. Pero choqué con un objeto y Pedro se dio cuenta de que intentábamos de escapar.

—¿Te querías escapar de mi? —cogió la pistola y volvió apuntarnos.

—Pedro déjanos irnos, por favor — rogué—. No quiero sufrir más.

—¿Sufrir? Yo he sufrido por ti, confesando que te amo lo peor es que te enamoraste de mi hermano.

—¡¡Entiende que no me gustas!! —grité desesperada.

—Te enamoraste de la persona equivocada —ahora apuntaba hacia mi—. Estoy harto verte con mi hermano y no conmigo, si no eres mía tampoco serás de alguien más.

—¿Qué intentas decir? —dije mientras temblaba.

—Creo que es hora que hagamos un cambio de planes, nunca creí que te haría esto.

—¿Me vas a matar?

—Ahora no Agatha —salió de la habitación.

—A-Agatha, e-escapate  —susurró Adrián.

—No, no, no iré sin ti —negué con la cabeza.

—Quiero que sigas tu vida —su voz apenas era audible.

—No Adrian, no quiero irme sabiendo que me has dejado con esta pequeña personita en la barriga.

Abrió sus ojos y empezó a soltar lágrimas.

—No me digas que estas...

—Si Adrian, estoy embarazada, vas a ser papá —sonreí.

—Quiero que te escapes y que sigas tu vida con mi hijo.

—No Adrian, nos vamos a escapar, no te dejaré aquí.

Intentábamos escapar, de repente escuché como Pedro venía y nos pilló.

—¿¡Querías escapar de mi!?

—¡¡No queremos estar con un loco!! —grité mientras ayudaba a levantarse.

—¡¡NO ME LLAMES LOCO!! -dio muchos disparos.

Al escuchar los disparos solo revisé mi cuerpo, la bala no había sido disparado hacia mí. Miré a Adrián, desafortunadamente la bala lo había dado en la espalda y cayó en el suelo. Pedro soltó el disparo y salió de la habitación, mi valentía hizo que cogiera la pistola y lo disparé a Pedro muchas veces haciendo que cayera.
Solté la pistola y me fui hasta Adrián.

—Adrián, dime algo —pedí con lágrimas.

—A-Aga-Agatha —vi como le costaba respirar.

—Adrián, aguanta por favor —dije mientras lloraba.

—Me gu-gustaria e-est-estar jun-junto a ti, ver como va-a cr-creciendo de ti y verlo na-nacer y sé q-que me q-queda p-poco t-tiempo —negué con la cabeza—. Tra-tranquila todo es-estará bien.

Vi como cerraba los ojos lentamente y como su corazón palpitaba muy lento.

—Agatha, te a.....

Él movió sus delicados dedos sobre mi pecho mientras se despedía.
Insegura de si volvería a verlo, me dió el último beso en los labios y cerró sus ojos lentamente.
Muchas bala lo golpeó tanto como mis lágrimas.

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