-¿Qué pasa perdedor? - Dijo Ben empujando a Keith.
Si había algo que Keith realmente odiaba era la escuela y en especial el primer día, él no pertenecía a ningún grupo, ni a los populares, ni a los nerds, ni a los simples mortales, él era una mezcla de todos. Ningún nerd podría vestirse con tanto estilo, ningún popular podría saber cómo programar una computadora y ningún simple mortal podría aprobar todas las materias sin estar estresado.
-Simplemente tenía ganas de seguir durmiendo. - Respondió con una sonrisa.
A pesar de no encajar en ningún grupo, era el más querido de todos ellos. Era el popular de los nerds, el simple mortal de los populares y el nerd de los simples mortales.
-¿Y quién no? - Contestó Ben con su risa falsa. - ¿Ya te decidiste a anotarte para los torneos de hándbol?
-¿Qué? No, es decir... No, ¿Cómo podría...? -Empezó Keith pero fue interrumpido.
-Vamos amigo, eres el mejor jugador de la escuela, tienes un don para los deportes y no lo utilizas, deberías inscribirte este año, ¿quién sabe? Podríamos traer el primer trofeo de primer lugar en años.
Keith lo dudó una milésima de segundo pero no tardó en responder.
-No.
La charla continuó y Keith pensó en que este sería un largo año en el que todos los populares le insistirían por estar en una competencia intercolegial, en el que todos los nerds querrían estar con él en proyectos y trabajos de química, física e informática, un año en el que los simples mortales estarían quejándose por cada tarea nueva y cada fecha de examen que un profesor pusiera, definitivamente odiaba la escuela, pero por lo menos era mejor que la universidad.
Las primeras dos clases fueron un infierno, matemática y biología. No importaba si le resultaban fáciles las materias, seguían siendo aburridas.
La mañana pasó lenta, el grupo de nerds se habían inscripto para ir a ver una muestra de la universidad la próxima semana, los chicos populares fueron al departamento de educación física a averiguar sobre los próximos torneos, mientras que las chicas empezaron a planificar la fiesta de inicio de año para el próximo fin de semana, los hippies estuvieron todos los recreos tocando la guitarra en los pasillos, ellos eran los únicos chicos que le parecían normales y divertidos a Keith a excepción de la ropa de colores, él prefería la ropa oscura, pero por lo menos esos chicos le agradaban y no les molestaba su presencia, tal vez había encontrado a sus amigos.
Las clases siguieron y en los descansos siguientes Keith fue a hablar con el grupo de hippies, ellos estaban sorprendidos, pero no tardaron mucho en integrarlo al grupo. Una chica del grupo observó a Keith con una sonrisa durante todo el recreo, cosa que lo asustó un poco.
-Perdón por mirarte tanto, es que me llamó la atención que estés con nosotros. - Dijo la chica de cabello rojizo. - Mi nombre es Sophi. - Dijo dándole la mano.
-Keith. - Respondió estrechando la mano.
-Quinto año, ¿no? Cuidado con Max, el maestro de literatura, no es un mal profesor, pero... cuidado. Es más sino me equivoco lo vas a tener en la siguiente hora. -Dijo Sophi.
-No tengo idea de mi horario. - Contestó riendo. - Pero creo que sí tengo literatura.
La charla continuó hasta llegar al salón de Keith, se despidieron con un beso en la mejilla y Sophi siguió hasta su clase.
No sabía porque, pero Sophi le resultaba extraña a Keith y no por el hecho de ser una hippie con ropa colorida y tener muchos colgantes y pulseras, es más a Keith le resultó raro que lo único que tenían de hippies esos chicos era la apariencia, después eran totalmente igual a los demás. Cantaban canciones conocidas y nada de religiones, pero... había algo en Sophi que no sabía lo que era, pero parecía diferente al resto y no sabía porque.
ESTÁS LEYENDO
Keith
FantasyTodas las personas tenemos energía, algunos más que otros. Cuando un humano nace, un alma lo elige y desde ese momento ambos se conectan para siempre, para no ser separados nunca. Ese alma es la energía que todos tenemos. El problema de los poderíos...