Capítulo 22.
-¿Quién eres?-pregunté, ya que su rostro me era conocido, sin embargo, también me parecía una persona extraña.
-Tu otra yo-me dijo.
Me solté a reír.
-Sí, claro. No puedes ser mi ‘otra yo’; ¡yo no me pondría jamás esos tacones tan altos!-señalé sus pies.
-Sí, bueno; pero resulta que yo hago cosas que tú normalmente no harías. Como por ejemplo, aceptar que me gusta Liam.
-¿Liam?-vociferé, echándome hacía atrás.
-¿Lo ves?-dijo de lo más tranquila- Tú no lo aceptas, yo sí.
-Liam no me gusta, ¿estás loca? ¡Es el novio de Sharon!
-Deja la histeria que sabes que tengo razón.
-Demente-farfullé.
-Bueno, ¿y qué si no fuera novio de Sharon? ¿Aceptarías que te gusta?
-No.
Ella rió y su risa burlona me incomodó.
-Claro, porque si no fuera novio de Sharon, quizá no lo hubieras conocido-pensó.
-No me gusta Liam-dije, tajante.
-Repítelo hasta que te lo creas, porque a mí no me engañas-me sonrió-.
-¡Guarda silencio!
-¿Por qué? Nadie puede oírnos, sólo estamos tú y yo. Si aceptas que te gusta, dejaré de molestarte.
-No-me crucé de brazos.
-Como quieras-se encogió de hombros-. A fin de cuentas para eso estoy yo.
-No sé de quién seas la otra parte, porque de mí no.
-Como digas-manoteó restándole importancia a mi comentario-. Pero ten en cuenta que yo, sí acepto que Liam me gusta y no olvides que sí soy parte de ti.
El sudor me perlaba el rostro cuando me desperté jadeante entre las sábanas. Eso sí que había sido una pesadilla. Un extraño y loco sueño, nada más. Miré el reloj, eran las ocho de la mañana. Recordé los planes que tenía con Harry y salí disparada de la cama para bañarme y vestirme.
Salí entonces a buscar a Harry pasadas de las nueve treinta, y como siempre, esa bonita sonrisa en su rostro de ángel me alegró la mañana.
-Hola-me saludó.
-Hola.
-¿Lista para irnos?
-Claro.
Enredé mi brazo al suyo y nos encaminamos a su mustang antiguo, color negro. Me abrió la puerta y luego puso el auto en marcha. El motor rugió bajó nosotros y las llantas comenzaron a rodar.
-¿Por qué ayer hablabas tan bajito? ¿Quién no querías que te oyera?-me preguntó.
Solté una delicada risita tonta, y sentí que enrojecí un poco.
-Sharon y Li... Liam.
-¿Por qué? Déjame adivinar, las especulaciones de Sharon-rió.
-Eemm… sí, eso.
Me miró, aunque no parecía muy convencido debido a mí vacilar a la hora de responder.
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Un Amor Prohibido
FanfictionFalso y pérfido eran sinónimos de mi nombre. De todos los papeles que pude protagonizar, era dueña del único que todo el mundo en mi situación, rechazaría. Lo peor era que esta no era una obra de teatro, cuyo objetivo es sólo representar, actuar y f...