Prologo

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Amigo: según Google se definía como una persona que esta a tu lado en los momentos de dificultad y frustración, dándote apoyo moral, y acompañándote en toda ocasión, sin juzgar, sin prejuicios, ni hablar de ti a tus espaldas. Que comparte contigo, y que por sobre todo, por más mal que te valla a caer la verdad, siempre te la dice.

Pero por supuesto, eso es según Google.

Pero esa definición no aplicaba, a menos que considerara a mi cactus Adoptado como mi fiel amigo.

Además de Adoptado, no sabría a ciencia cierta a quien catalogar como mi amigo, pues en este instituto todos eran unos falsos.

Tres institutos en los últimos seis meses no hacia que fuera una personas muy social que digamos, haberme mudado a ocho ciudades diferentes en el ultimo año, tampoco ayudaba demasiado con mi poca capacidad de mantener amigos por mas de dos o tres horas.

Entonces, básicamente, podía concluir que el lugar en el que mas había pasado tiempo, habría sido el vientre de mi madre.

El avión se elevaba a una velocidad impresionante, regalandome una hermosa vista de lo que había sido mi ultimo atardecer en la ciudad de Moscú, la cual había sido mi casa durante los últimos 2 meses; el sol se ocultaba; precisaba ese instante de día en el que las cosas brillan mas, en el que los colores se refuerzan y los sentimientos se agudizan, esos breves segundos en los que todas las ideas y pensamientos chocan, ese momento en el que se intensifican las sensaciones, ese momento en el que aquellos rayos de luz queman un poco menos, permitiéndote admirar todas y cada una de las tonalidades que el sol es capaz de tomar, una mezcla de toda la extensa gama de colores, desde amarillo hasta azul, y quizás verde; aquel instante en el que te olvidas de todos tus problemas, únicamente para presenciar el mas maravilloso paisaje pintado alguna vez, para disfrutar de su cálida brisa y su esplendor, unos segundos en los que todo se ve distinto; justo el momento en el que despego el avión, que me llevaría a mi nuevo destino...

Les informamos a todos los pasajeros que en pocos minutos estaremos realizando nuestro aterrizaje, por favor volver a los asientos, abrochar los cinturones, abrir totalmente la ventanilla. Gracias por su atención, disfrute su estadía en la ciudad de Los Ángeles

10 horas habían pasado desde que estaba aquí sentada, mis manos estaban tensas y mis piernas dormidas

-Cariño, despierta, ya vamos a aterrizar-dijo mi madre zarandeando me suavemente

Abrí brevemente mis ojos, a pesar de estar despierta, las luces de el avión me molestaban, de hecho, la simple situación de estar en un avión cuando jure no volver a hacerlo a menos que fueran vacaciones, me molestaba de sobremanera

-Debemos hablar sobre la posibilidad de irme a un internado, sería lo mejor para mis estudios y mis relaciones interpersonales-acabe diciendo seriamente justo en el momento en el que los pasajeros empezaban a descender del avión, caminamos en silencio hasta el espacio donde se recogían los equipajes. No era un agradable silencio de esos que muestran en las películas, por el contrario, era muy incomodo, mi madre me miraba como si de repente, me hubiera salido un tercer ojo- vas a decirme algo, o te quedaras callada fingiendo no haberme escuchado? He dicho que quiero ir a un internado-pregunte exasperada por su repentino silencio

-Ya hemos discutido de esto Katherine, no iras a un internado-sus palabras habían sido cortantes y frías, como siempre que sacaba a la luz este tema

-Y con papá? No puedo irme con papá?-pregunte tentando a mi suerte, había salido ilesa de la pregunta anterior, pero sabia que de esta no saldría muy bien, su mandíbula se tenso, y su vena yugular sobresalía de su cuello, su cara se había puesto roja, y sus nudillos blancos, y con ira me contesto

Amigos Con DerechosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora