Mi alumna favorita (Jack Gilinsky)

Capitulo 1

Estaba en el salón, el profesor no había llegado y todos estaban hablando animadamente, menos yo. Estaba sentada en mi lugar, con mi cuaderno (si, ese que no dejo que nadie toque por nada del mundo) sobre la mesa y un lápiz en la mano. Dibujaba un paisaje de otoño, ya que amaba dibujar y, bueno, se me daba bien.

Tenía mis audífonos puestos, "I don't trust myself" de Cher Lloyd sonaba a todo volumen. Estaba tan concentrada que apenas sentí un toque en mi hombro. Me quite un audífono y mire por sobre mi hombro.

Sia, mi mejor amiga, señalo algo con su dedo índice, gire la cabeza en la dirección que apuntaba con impaciencia y por la puerta entro el.

Tenia puesta una chaqueta color negra, debajo de esta una camisa abierta por los dos primeros botones, pantalones negros, formales por supuesto, zapatos negros de punta y cabello corto y color marron. Llevaba en sus manos un maletín negro de cuero y hacia ruido al caminar.

Miro a todos rápidamente y después se acerco al escritorio donde puso el maletín y se dio la vuelta para mirarnos.

-Chicos, sentados por favor.- pidió cortamente.

Su voz era algo gruesa, pero atractiva, sus ojos color café eran hipnotizantes y profundos y sus labios eran gruesos y rosados, hechos para morder, o tal vez para algo mas. Apague mi MP3 y me concentre en el.

-Buenos días.- dijo una vez que todos estuvieron sentados.

-Buenos días, profesor Gilinsky.- dijeron todos a la vez, lo cual yo susurre.

Estaba completamente, estúpidamente y locamente enamorada de mi profesor de Literatura, desde la primera vez que lo vi entrar por la puerta hacia el salón. Desde entonces mi corazón se para, mi respiración se agita y mis manos sudan.

Y justo ahora me pasaba lo mismo, pero trataba de ocultarlo.

Tome mi mochila y saque mi carpeta de Literatura, lo coloque encima de mi cuaderno, saque mi estuche y mire al frente. El profesor Gilinsky estaba firmando la hoja que se supone todos los maestros deben de firmar, ya que en esa hoja Direccion sabe quien falto a clases o en su defecto, quien si había dado clases.

-Bueno muchachos, espero que hallan hecho la tarea que les deje ayer.- dijo mientras juntaba sus manos al frente y miraba a todos en el salón.

Oh Dios, esas manos.

Santa mierda, la tarea. Ayer me la pase pintando y escuchando música que me olvide por completo de ella.

-Señorita Peters, hizo usted la tarea?.- pregunto.

Es enserio? Porque solo me llamaba a mí? Como si no hubiera otros 29 alumnos en el salón aparte de mí. Que no se da cuenta lo nerviosa que me pone?

-N-no....- dije casi ahogándome con mi propia saliva de lo nerviosa que estaba.

Todos se rieron y yo me resbale aún más en mi silla, muerta de vergüenza.

-Entonces, como nadie hizo la tarea, la harán ahora mismo y la dejaran al final de la clase sobre mi escritorio, escucharon?.- dijo en un tono serio, muy serio.

Todos respondimos un "Si" de mala gana.

-Además les agregare 5 preguntas más.- dijo y todos comenzaron a protestar y a hablar entre ellos.-¡Silencio!, ahora por eso les bajare 3 puntos a cada uno.- grito y todos se callaron.

Él no era así, nunca lo había visto tan molesto y serio, le faltaba su sonrisa, su alegría. Algo le había pasado para que estuviera así.

Con el ceño fruncido nos miró y después se dio vuelta para copiar las preguntas en el pizarrón.