Si me quieres querer,
quiéreme bien.
No me quieras a medias,
no me quieras a ratos,
no me quieras porque los demás te han fallado,
no te obliges a quererme.
Quiéreme por lo que te hago sentir.
Quiéreme por nuestras conversaciones.
Quiéreme porque lo haces,
y no porque quieres hacerlo.