N u e v e

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Jinyoung abrió nuevamente el estuche que contenía el violín, lo tomó y lo acomodó en su hombro y cuello, comenzó a tocarlo, se encontraba en el salón de música solo y a oscuras. En cuanto empezó a tocar afinándolo primeramente, alguien entró al salón.

— ¿Podrías tocar para mí también? — asustado por la repentina voz dirigió su vista hacia él, era Jackson.

Comenzó a caminar lento hacia Jinyoung, éste por su parte guardó el instrumento, cuando Jackson llegó hasta él, se dispuso a irse.

— ¡Espera! — habló con voz violenta y se puso frente a él para impedirle el paso — ¿Tocas para él, pero no para mí?

— Disculpa. Apártate por favor - trató de seguir caminando, pero el otro lo abrazó por la espalda para detenerlo — ¡Detente! — trató de soltar el agarre — ¡Que te deteng...! — Pero no pudo continuar porque el otro lo había tirado, quedó acostado con Jackson encima acorralándolo - ¡¡Detente!!

Comenzó a recordar esa vez en la que tocaban su piel desnuda en su habitación. Jackson se mantenía tocándolo a pesar de sus gritos e intentos por detenerlo.

— Pero si no es nada — sonrió de manera siniestra. Jinyoung se mantenía con los ojos cerrados recordando aquellos toques forzados que había recibido.

Jackson trató de des amarrarle el pantalón, pero con los jalones de Jinyoung le era imposible. Mark se dirigía tranquilamente al salón de música porque sabía que ahí encontraría a Jinyoung, cuando estuvo a punto de abrir la puerta escuchó a Jinyoung gritar, inmediatamente abrió la puerta para ver qué pasaba.

— ¡¿Maldito, qué estás haciendo?! — corrió hacia Jackson aventándolo a un lado y ayudando al pelinengro a levantarse — Jinyoung, ¿estás bien? — en su voz se notaba la preocupación, Jinyoung se mantenía respirando tratando de calmarse, pero le era imposible con ese recuerdo en la cabeza, se levantó bruscamente y salió corriendo — ¡Jinyoung! — pero el pelinegro lo ignoró y salió del aula, dejando a los otros solos.

En cuanto salió Mark metió sus manos a las bolsas de su pantalón y se acercó a Jackson matándolo la mirada.

— ¡Jackson! ¡No te lo perdonaré! — Jackson también se acercó a él, los dos quedaron frente a frente.

— Entonces arreglemos cuentas de una vez — dijo retador y sin una pizca de miedo.

— ¿Qué?

— Apuesta conmigo.

— ¿Que apueste contigo?

— Haber quién se queda con Jinyoung, esa es la apuesta.

— ¿Y quién haría eso contigo? Además... Jinyoung es el que decide con quién se queda.

— Entonces, seguiré haciendo lo que yo quiero. ¿Estás de acuerdo con eso?

En la puerta se encontraba Youngjae escuchando todo.

[...]

Era de mañana, Jinyoung se encontraba en su cama durmiendo, comenzó a despertar, se sentó en su cama y volteó a la cama de al lado para ver si se encontraba Mark, pero para su sorpresa el no estaba. Salió al pequeño balcón de la habitación para ver si lograba verlo por los alrededores. Entre los árboles lo pudo visualizar corriendo usando ropa deportiva. Mientras el se mantenía viéndolo, a sus espaldas llegaba Youngjae ya cambiado.

— Ya es el décimo día — al escuchar su voz, Jinyoung volteó a verlo.

— ¿Décimo?

— Corre todas las mañanas.

— Que extraño que hyung, que es tan débil por la mañana, se ponga a correr.

— Es normal que se esté esforzando. Porque él hizo una apuesta.

— ¿Una apuesta? ¿De qué estás hablando?

— Para protegerte.

— ¿Eh? ¿Para protegerme? — dijo desconcertado, pero Youngjae solo se dio la vuelta viendo a Mark correr.

— Los dos tienen bastante fuerza. Los dos son buenos corredores de fondo. Si Mark hyung gana, Jackson prometió que no volvería acercarse a ti. Pero si Mark hyung pierde,.... aguantará los golpes de Jackson, y no se interpondrá.

— Hyung... hizo una apuesta así... — bajó la mirada algo apenado, sentía que todo era su culpa.

— Jackson es el mejor atleta de la escuela. Mark-hyung no es rival para él. Pero incluso así, él hizo una apuesta que no puede perder - Youngjae volteó a verlo - Escucha, me dijo que no te dijera nada. No le digas nada de esto a Mark-hyung.

[...]

Jinyoung hojeaba un libro sentado en la orilla de su cama, se levantó y dirigió a la ventana, estaba lloviendo y Mark todavía no volvía de correr.

Después de ver que no volvía salió por él.

— ¡Mark! — llegó detrás de él cuando el pelirrojo paró a tomar aire bajo la lluvia - ¿Estás bien?

— Sí, Jinyoung... estoy bien — respiraba grandes cantidades de aire tratando de reponerse mientras se recargaba en sus propias rodillas.

— ¡Ya basta! — Jinyoung le gritó al ver que estaba dispuesto a seguir corriendo — Deja de hacer esto por mí.

— ¿Jinyoung, acaso lo sabías? — Mark le daba la espalda.

— Sí... — bajó la mirada.

— Estás preocupado por mí.

— No es que esté preocupado. No me importa si golpean a hyung — dijo tratando de sonar sincero — Yo... yo...

— Ya basta Jinyoung. No hagas que me deprima más, por favor.

El pelirrojo comenzó a trotar para seguir corriendo, pero antes que pudiera alejarse Jinyoung no controló sus impulsos y lo abrazó por la espalda lo más fuerte que pudo y posó su cabeza en el hombro del contrario impidiendo seguir con su acción. Mark estaba perplejo, no sabía qué hacer, siquiera podía pensar, su mente estaba completamente en blanco. Quedaron en esa posición por unos minutos hasta que el menor habló.

— Hyung... No tienes por qué cuidarme tanto.

— ¿Jinyoung? ¿Qué pasó con tu fobia al contacto humano? — dirigió su mirada a las manos que posaban en su abdomen — ¿Está bien que estés abrazado a mí?

— No digas nada. Quiero estar así por un rato — acomodó mejor su cabeza en su hombro.

— Jinyoung...

Hyung... Si yo te dijera la verdad... ¿No me odiarías?

Touch || ᴍᴀʀᴋᴊɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora