Epilogo

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A pesar de todo lo que había ocurrido, y de la "disculpa" ofrecida por Hiroki la semana anterior, el profesor universitario aun sentía algo de culpa y remordimiento por lo sucedido en el club, y es que golpear a su amado frente a todos y destruir el lugar no era algo que se supone hacen las parejas, así que haciendo uso de todas sus fuerzas y acabando con el poco orgullo magullado que aun le quedaba decidió realizar el ultimo acto de amor impensable para demostrarle a la persona que mas amaba en el mundo lo mucho que de verdad sentía lo sucedido.

Pero aun así no dejaba de sentirse ridículo y bastante tonto. Había colocado en el centro de la sala un pequeño foco que iluminaba la habitación con luces de colores, mientas tanto en la cocina un delicioso aperitivo, una botella de vino y unas cuantas cervezas se convertirían en el platillo principal, y una suave melodía, romántica pero con un ritmo agradable colocada en el reproductor de mp3 sonaba por todo el lugar; y finalmente se encontraba el profesor como pieza clave de la fantasía, sentado en la sala con una vestimenta casual y sencilla pero que resaltaba su figura, así que si todo esto no decía lo siento no habría nada mas que pudiera hacer.

Al cabo de un rato la puerta se abrió y una jovial y alegre voz resonó por el lugar con un encantador:

-Ya estoy en casa Hiro-san!!!

Pero su sonrisa se borro cuando observo aquella escena, a su Hiro-san ofreciéndose como un pequeño corderito a su merced, cambiando su expresión a una de perplejidad absoluta.

-¡Hiro-san!!! ¿Qué es todo esto?

-Nowaki no digas nada y escúchame bien, esta es mi forma de disculparme por lo ocurrido la semana anterior y quiero que la aceptes antes de que me arrepienta, además no soy un buen bailarín por lo que tendrás que guiarme.

-Hiro-san en serio no tenias que hacer todo esto, no estoy molesto contigo por lo sucedido, no debí presionarte tanto y...

-¡Cállate idiota!!!! Estoy tratando de ser romántico así que no lo desaproveches, se lo mucho que deseabas bailar con migo así que toma esta oportunidad pervertido antes de que me arrepienta.-

Nowaki miro enternecido a su pareja por todo lo que había hecho y se dijo así mismo que probablemente su corazón no podría soporta tanta felicidad, así que sin desaprovechar el momento se dirigió a Hiroki y con un educado y cortes movimiento dijo:

-¿Me permite esta pieza señor?-

-Lo estas disfrutando no es así Nowaki, y quita esa sonrisa de idiota que tienes-

-Demasiado Hiro-san jejejej, y lo siento no puedo hacerlo estoy demasiado feliz.-

Nowaki tomo al profesor universitario como a una chica, sostuvo su cintura con una mano y con la otra la mano de Hiroki, y así perdiéndose en sus miradas, en el azul y el miel de sus ojos comenzaron los suaves movimientos a través de toda la habitación, como si el tiempo y todo lo demás no tuviera la mas mínima importancia, como si solo el presente y el ahora existiera, como si solo ellos dos se encontraran sobre la faz de la tierra, dos almas destinadas a estar juntas desde antes de la creación, dos almas que en ese momento y al amparo de la melodía existente hicieron que el tiempo se detuviera y el amor que sentían el uno por el otro los fundiera en un solo ser.

-¡Te amo tanto Hiro-san!!!!!-

-¡Baka!!!! Yo también te amo-

Tiempo después...

Nuestra pareja egoísta se encuentra de nuevo a las afueras de un establecimiento nocturno, aguardado poder ingresar, tomados de la mano, o más bien el menor sujetando la mano del mayor.

-¡Solo dime una cosa idiota!!!! ¿Por qué estamos aquí?

-Bueno Hiro-san pensé que seria divertido volver a intentarlo, además no se por que sientes pena al bailar, eres muy bueno; y disfrutamos mucho dejándonos llevar al ritmo de la música, así que por que no intentarlo otra vez- Utilizando esa tierna y suplicante mirada de gatito triste que podía convencer al castaño de casi cualquier cosa.

-Entiendo que te guste bailar Nowaki, ¡Pero por que demonios un antro gay!!!!!!!

¿Bailamos? Junjou EgoistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora