Cápitulo 1

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PV. Laila.- Me desperté a las 6:30 a.m y como cada mañana me dirigí al cuarto de baño, abrí el grifo de la ducha y esperé un poco a que el agua saliera caliente mientras me miraba en el espejo del cuarto, una vez el agua ya salia caliente me quité el pijama y me puse mi playlist privada de Spotify.

En 10 minutos estaba ya vestida y preparándome el desayuno, al momento bajó mi hermanao mayor, vestido con ropa de deporte, probablemente tendría pensado ir al gimnasio con Lucas después del instituto. Mi hermano es todo lo contrario a mí, lo único que compartimos son los ojos verdes y la sangre, en todo lo demás somo como Obama y Trump. Se metió en la cocina, cogió una manzana y salió sin decirme nada.

Terminé mi desayuno, cogí unas monedas para comprarme el desayuno en la cafetería del instituto, preparé mi mochila y me fui de casa rumbo al parque más grande del pueblo, allí estaba mi mejor amiga Silvia; Silvia era una chica muy tímida, a la que le cuesta hacer amigos, pero realmente ella es de las mejores personas que he conocido en toda mi vida. Ella estaba, como de costumbre, enfrente de la puerta del parque esperándome pacientemente.

-Hola.- dije mientras me acercaba a ella

-Buenos días.- me respondió con una sonrisa cálida

-¿Llevas mucho tiempo esperándome verdad?.- pregunté eso mismo porque hoy había salido mucho más tarde de lo normal

-Solo un poco, pero no te preocupes no hace tanto frío

Lo de que no hacía tanto frío es mentira hacía un frío de muerte y ahora me siento fatal. Me abalancé sobre ella dándole el abrazo más grande que pude

-Eres la mejor amiga del mundo, ¿lo sabes?

Se rió y me dijo con una voz calmada:

-Gracias, pero tendríamos que darnos prisa, las clases comienzan en 10 minutos

Se me cambió la cara, a primera tenía clases con Javier el profesor de matemáticas, el maestro más estricto del mundo.

-Si, mejor.- y ambas caminamos a paso ligero

Llegamos al instituto y cada una se fue a su aula a pasar 6 horas en el infierno con un pequeño descanso de media hora, bieeen. Entré al aula, el maestro aún no había llegado, quien si había llegado era la única persona de toda la clase que hacía de esas 6 horas más llevaderas; Raúl, un chico alto de ojos oscuros y piel negra, estaba raro o eso sentí cuando le miré, se había rapado al 0, me acerqué:

-¿Que te crees, 11?.- bromeé

-En el clavo cabeza tomate.- me contraatacó

-UHH lo que me ha dicho, como osas meterte con mi pelo

Nos reimos:

-Y bueno, ¿el Javier como es que aún no ha llegado?

-Pues resulta que ayer tuvo un accidente y ahora está en su casa durmiendo

Mi cuerpo se inundó de felicidad, no daría clase de Mates, eso es lo mejor en este mundo.

A todo esto Raúl Hbaía vuelto su mirada a su móvil, este chico está embobado y creo que necesita ayuda.

-¿Sabías que te puede entrar cáncer y todo si utilizas mucho el móvil?.- dije para picarle un poco

-¿Sabías que no es bueno para la salud tampoco el quedarse hasta la doce de la noche delante del ordenador jugando videojuegos?.- me respondió

-Vale vale me has pillado, me rindo, no puedo ganarte a esto

-Piensatelo dos veces antes de intentar atacarme MUAJAJAJA

-El que la sigue la consigue, ¿no?

-¿Tu que vas a conseguir?

Me callé, me senté e hice como si no existiera. Te odio Raúl.



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