Poema de una lluvia invernal

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Doy un paso,
Avanzo uno más,
Poco a poco salgo,
Para vivir, no solo mirar
Lo que hay más allá.

Me acerco al exterior,
Dudando de lo que hago.
Sin embargo, al ver el color
Que me muestra el cielo,
Salgo, sin temor alguno.

Ya no me arrepiento,
No hay vuelta atrás,
Porque lo que siento
Ya no es una idea,
Es la realidad.

Observo el firmamento,
Suave cristal grisáceo,
Me ha traído las nubes,
Me ha regalado el vuelo,
Sin despegarme ni un poco
Del suelo.

Ahora lo siento,
Siento el cielo,
Está tan claro,
Está frente a mí.
Siento que puedo probarlo,
Dulce vaho plateado.

Sopla el viento,
Me acaricia con la música
De las hojas que al caer,
Se unen con el suelo
Para cantarle a la brisa.

Gélido viento,
La música celestial
Que canta el invierno
Al caer una suave
Lluvia de cristal.

Ahora lo siento,
Siento el viento,
Aire helado,
Justo frente a mí.
Puedo tomarlo entre las manos,
Sedoso tejido dorado.

Cae la lluvia,
Coloreando la mañana
Como fina pintura,
Cambiando lo que veo,
Dándole tonos hermosos.

Bellos cristales,
Gotas de agua,
Que sin tener colores,
Son capaces
De pintar el alma.

Mi mente se llena,
Del arte ante mí,
Se aleja la sombra
Al protegerme la lluvia.

Pero, a pesar de todo,
Mi alegría dura poco,
Porque una voz me llama,
Me pide ir adentro.

"Está lloviendo"
Dice un ser querido,
"Por eso salgo" le respondo.
Lo que recibo es una mirada,
Que me dice "no te entiendo".

Entonces entro, sin remedio,
Pues dicen que voy a enfermar,
Porque es cierto, hace frío,
Pero no temo a la enfermedad.

Mi temor son las sombras,
Que me observan desde dentro,
A lo que temo
Es a no poder sentir esto,
Ya nunca jamás.

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