el partido (3/3)

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—Y ahora, damas y caballeros, ¡demos una calurosa bienvenida a la selección nacional de quidditch de Bulgaria! Con ustedes... ¡Dimitrov!

Una figura vestida de escarlata entró tan rápido montada sobre el palo de su escoba que sólo se pudo distinguir un borrón en el aire. La afición del equipo
de Bulgaria aplaudió como loca.

- demuestrales lo que sabes Dimitrov

—¡Ivanova!

Una nueva figura hizo su aparición zumbando en el aire, igualmente vestida con una túnica de color escarlata.

- vamos, demuestra el orgullo femenino búlgaro- grito Lily aun mas fuerte, haciendo que Ivanova sonria y le levante el pulgar

—¡Zograf!, ¡Levski!, ¡Vulchanov!, ¡Volkov! yyyyyyyyy... ¡Krum!

- vamos hermanito, demuestra lo genial que eres -dijo Lily apoyando al grnadulon que le sonrió y le saludo- Viktor, atrapa esa snithc antes o te golpearé en la escuela

Viktor puso una cara de estar falso temor y después rió

—¡Es él, es él! —gritó Ron, siguiendo a Krum con los omniculares. Harry se apresuró a enfocar los suyos.- parece que la chica Lily conoce a todos de la selección

- Sera por que juega en la selección también- dijo Hermione obvia mientra miraba a los jugadores, específicamente a Krum

Viktor Krum era delgado, moreno y de piel cetrina, con una nariz grande y curva y cejas negras y muy pobladas. Semejaba una enorme ave de presa.

Costaba creer que sólo tuviera dieciocho años.

—Y recibamos ahora con un cordial saludo ¡a la selección nacional de quidditch de Irlanda! —bramó Bagman—. Les presento a... ¡Connolly!, ¡Ryan!,¡Troy!, ¡Mullet!, ¡Moran!, ¡Quigley! yyyyyyyyy... ¡Lynch!

Siete borrones de color verde rasgaron el aire al entrar en el campo de juego. Harry dio vueltas a una ruedecilla lateral de los omniculares para
ralentizar el movimiento de los jugadores hasta conseguir ver la inscripción «Saeta de Fuego» en cada una de las escobas y los nombres de los jugadores
bordados en plata en la parte de atrás de las túnicas.

—Y ya por fin, llegado desde Egipto, nuestro árbitro, el aclamado Presimago de la Asociación Internacional de Quidditch: ¡Hasán Mustafá!

Entonces, caminando a zancadas, entró en el campo de juego un mago vestido con una túnica dorada que hacía juego con el estadio. Era delgado, pequeño y totalmente calvo salvo por el bigote, que no tenía nada que envidiar al de tío Vernon.

Debajo de aquel bigote sobresalía un silbato de plata; bajo un
brazo llevaba una caja de madera, y bajo el otro, su escoba voladora.

Harry volvió a poner en velocidad normal sus omniculares y observó atentamente a Mustafá mientras éste montaba en la escoba y abría la caja con un golpe de la
pierna: cuatro bolas quedaron libres en ese momento: la quaffle, de color escarlata; las dos bludgers negras, y (Harry la vio sólo durante una fracción de
segundo, porque inmediatamente desapareció de la vista) la alada, dorada y
minúscula snitch. Soplando el silbato, Mustafá emprendió el vuelo detrás de las bolas.

—¡Comieeeeeeeeenza el partido! —gritó Bagman—. Todos despegan en sus escobas y ¡Mullet tiene la quaffle! ¡Troy! ¡Moran! ¡Dimitrov! ¡Mullet de
nuevo! ¡Troy! ¡Levski! ¡Moran!

Aquello era quidditch como Harry no había visto nunca. Se apretaba tanto los omniculares contra los cristales de las gafas que se hacía daño con el
puente. La velocidad de los jugadores era increíble: los cazadores se arrojaban la quaffle unos a otros tan rápidamente que Bagman apenas tenía tiempo de decir los nombres.

Lily Volkov Y El Cáliz De FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora