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James


¿Por qué se fue?....¿¡Porque demonios está con Albus!?

Decir que estaba enojado era poco. Cuando los amigos que usualmente me encontraba en el parque bromeaban mucho pero me puse nervioso cuando dijeron aquello. Que esa niña era mi novia.

Cuando por fin los calme a esos bobos, y me voltee no la vi por ningún lado. Grite su nombre pero no apareció. Enojado me fui a la casa y ahí estaba jugando con Albus al jenga.

Estaba por ir a destruir su dichosa torre cuando ella sola la tumbo, no era buena con los juego y en casi todos ganaba yo, pero eso no me importaba, me gusta jugar con ella.
Pero cuando la vi de cerca, su mirada estaba perdida. Albus recogió la piezas de madera sin darse cuenta, me puse de cuclillas y la asusté al soplar en su oreja. Sonreí cuando ella se giró para golpear mi pecho, desde que la asusté y todas las veces que lo volvía hacer me pegaba en el pecho.

Debo estar loco, ya no me voy a juntar tanto con Fred.

No entendí, porque, desde la fiesta de mi hermano me gustó molestar a esa niña. Era boba, se distraía rápido y siempre, SIEMPRE mira abajo cuando le mostraba mi mejor sonrisa. Lo que me gustó fue su color rojo, ese que acentuaba sus pecas.

Parpadie por lo que pensé, y me senté con ellos dos, para jugar y darle su merecido por dejarme en el parque.

La vi nerviosa, cuando me acerque a su lado, las niñas son raras pero una parte de mi le gustó eso. Saber que yo estaba presente aún cuando los niños le hablaban o mis primos la molestaban más que yo, en especial Fred. Rodé los ojos, ese tonto me quitaba la atención de ella.

— ¡No hagas trampa James! Sigo yo — grito Albus, inflo los cachetes enojado.

— Si, si, como sea — reí al golpear su frente.

— Vete, debes empacar, te vas en tres días.

— Ya voy mami — me mofe.

Sabía que Albus no quería que me fuera. Lo que me sorprendió fue escuchar un ruido raro, Albus busco a Lily. Ella hacía esos ruidos antes de llorar. Pero mi hermana no estaba por ningún lado. Alce una ceja y mi hermano me arrojo una pieza, y señaló a mi lado cuando lo vi.

Esta llorando… ¿¡Porque está llorando!?

Me quede de piedra, no me gustaba que las niñas lloren. Ni Lily o mi mamá, incluso Albus que lloraba a veces me parecía irritante pero verle llorar a ella, me contrajo el estómago.

Mire a Albus en busca de ayuda pero él estaba igual.

Nunca le vimos llorar antes y no sabíamos que hacer.

— ¿Por qué estas…?

— ¡Lo siento!

Y se fue, se fue corriendo a su casa llorando.

Mire el baúl listo, estaba todo en su lugar, mañana me iba a ir y no podía irme sin saber ¿Porqué? Cuando me levanté para ir tras ella ese día mi mamá nos llamó, debía terminar de empacar y no tuve otra opción.

Albus no fue por ella, seguía siendo tímido.

Por esa razón, arroje con fuerza la snicht, la misma que mi padre guardo tantos años después de la muerte de Dumbledore. Desde que contaba con cinco años nos contó historias sobre sus años en la escuela y sobre el Quidditch. La snitch me la regaló, era difícil de atrapar pero tenía el don.
La tomé al brincar en la cama. Una sonrisa se instalo en mi rostro, era tarde y debía dormir bien para mañana. Puse la alarma y me acosté, ya sabía que hacer.

Y todo por una carta. [HP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora