ragoney pt. I

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Agoney estaba en casa de Raoul, la cual parecía ser su residencia teniendo en cuenta el número de  horas que pasaba allí haciendo nada en concreto. El moreno descansaba, con su cabeza apoyada en el hombro derecho de Raoul mientras este jugaba con su pelo con una mano, y entrelazaba sus dedos con los de Agoney con la otra.

—¿En qué piensas? —interrumpió el silencio la voz del pequeño de los dos. Por la mente del de los ojos verdes pasaron varias imágenes a las que llevaba horas dándole vueltas, y todas ellas eran Agoney.

—En el examen de mañana, que casi solapa con el partido, porque aquí no hacen nada bien, parece que Manu y Noemí se han puesto de acuerdo para fastidiarme a mí.

Agoney asintió, de acuerdo con las palabras de su amigo y se giró, para mirarle a la cara.

—No van a poder, porque llevas el examen perfecto. Para algo llevo dos semanas viniendo a tu casa a darte clases.

—Bueno, llevas viniendo a mi casa "a darme clases" unos 18 años, creo que eres consciente de que lo que es es una excusa.

El moreno dejó escapar una carcajada y le dio un beso en la mejilla al contrario, que deslizó su mirada hacia abajo, como tratando de ocultar la sonrisa que siempre le dejaba Agoney, como tratando de frenar el torrente de pensamientos que le abarcaban, las fantasías. Raoul volvió a mirar a Agoney al cabo de unos segundos.

—Aunque no necesitas excusas para venir a verme, yo siempre te quiero en mi casa.

Dancing in the moonlight. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora