EL AMOR DE OFFENDERMAN

El Mayordomo

—¿Le sucede algo amo?— dijo Arkat, mi criado. Bueno, aunque ese era el término preciso para referírsele nunca me gustó usarlo, prefería la palabra "mayordomo" pues suena mucho más digna para el único sujeto que en verdad creo considerar mi amigo sincero. Él se trata de un esqueleto cuyos huesos son de tono marfil. A diferencia otros seres demoníacos Arkat luce y se comporta más tranquilo. Viste básicamente siempre las mismas prendas; un traje azul de marinero, un sombrero de muy buen gusto, tipo fedora, casi al estilo del que me apetece usar para crear el aura de misterio y seducción. Pero también andaba siempre usando un pantalón bastante roto que desde luego carecía de elegancia y aparentaba más que nada, ser una de las prendas con las que fue enterrado.

—¿Ves a esa mujer que se
aproxima? ¡Es bellísima! No puedo esperar para hacerla mía— le contesté con plena confianza y sin vacilar en mis expresiones. Ambos estábamos acomodados viendola desde la ventana carente de cristal durante el acto del viento que acariciaba nuestros rostros.

—Sí, la veo claramente, amo. Parece que está muy decidida y entusiasmada por llegar a la puerta de vuestro castillo. Lleva algunas horas caminando con aparente finalidad de toparse contigo—

—ajajajaj... Te he dicho varias veces que tires ese reloj de bolsillo, aquí no te sirve para nada, es un invento humano del que no seremos usuarios pero.... Ahora que lo dices, lleva bastante perseverando para alcanzarme. Me pregunto quién será esta que se aproxima— Ante mis palabras Arkat guardó el reloj para no sacarlo de nuevo, posteriormente buscó un telescopio para distinguir bien su rostro pues él no poseía mi visión superior a la de un águila, más no obstante era un hecho probable que por medio de este instrumento él lograra notar algo que yo ignoraba debido a mis escasas o nulas capacidades de razonamiento, análisis y lo que sea que emplean los detectives privados, cosa que Arkat fué alguna vez en su vida pasada. Yo solo deduje lo obvio; si la chica logró entrar sin ayuda a mi dimensión es porque tenía algún conocimiento y poder paranormal sobre las artes oscuras.

—Mmm... No puede ser... Espero estarme imaginando cosas— dijo al mismo tiempo que despegaba el hueco que fungía como ojo suyo en función con el lente.

—¿Qué? ¿De quién se trata?—

—No me haga mucho caso amo pero me da la impresión de que es una de las descendientes del mismísimo Drácula—

—ajajajaj ¿qué dices?— una carcajada escapó de mi boca perversa mientras ponía mi cabeza en el asedero de la ventana donde me recargaba. Me pareció una broma en vez de una afirmación seria, no era por burlarme de mi fiel sirviente y camarada.

—Veo que no asume las consecuencias reales de lo que, en caso de ser así, conllevaría la presencia de esta muchacha en vuestros dominios—

—Arkat, te he dicho varias veces que procures no hablarme de "usted"
Bueno entre otras cosas más importantes por lo que veo, es conveniente me expongas que consecuencias sucederían—

—En primer lugar; Los vampiros son maestros indiscutibles de la hipnosis así que temo decirle que vuestros hechizos no lograrían afectarle. En segundo lugar me resulta preocupante pues también han heredado una fama de despiadados conquistadores y usurpadores de tronos. Tal vez sus intenciones contigo no sean del todo sexuales sino más bien ansias de arrebatarte el poder que posees y tu reino entero—

—No me interesa el riesgo, yo sé que va a suceder lo mismo que con las otras; voy a quitarle la ropa en algún momento y entonces la llevaré hasta mi cama y con mi dulce veneno de pasión la haré mía. Posteriormente será unánime con las demás damas, en un enamoramiento enfermizo por este con quien hablas pero procuraré darle un lugar más especial aquí, la convertiré en mi primera y única esposa en vez de otra esclava... Sí eso haré—

—En ese caso de todas formas ella conseguiría poder ¿No? Ejeje. Amo, si me lo permite...— interrumpí antes de que acabará su frase.

—No me hables de usted por favor—
Entonces lo deje continuar hablando

—amm como decía, si me lo permites... quisiera la respuesta a mi siguiente cuestionamiento; Tú disfrutas de una existencia caracterizada por estar llena de sexo intenso con cuanta dama se te ocurra y evitar cualquier clase de preocupaciones o responsabilidad. Todos los mortales que han escuchado sobre ti te enividian y si bien es cierto que la joven es tan bellísima como afirmas, en este castillo hay de sobra hermosuras, por lo tanto la
pregunta es: ¿Por qué pretendes casarte con alguien?—

—Es difícil de explicar, Arkat. Digamos que la chica del vestido verde me transmite algo que no había sentido en un lapso de lo que equivaldría a décadas humanas para que me entiendas— antes de dar mi justificación completa y convincente entraron casi desnudas a la habitación dos de mis esclavas hechizadas que en ese rato se comportaban demasiado cariñosas. Supo Arkat que sería acertivo dejarnos a solas en la habitación.

—Que se divierta, amo...— dijo mientras cerraba la puerta de madera y accidentalmente, por mera costumbre, hacía caso omiso a mis peticiones de que no me hablara tan formal.