¿¡Dónde se encontraba esa chica!?
Red se abrazó a sí mismo para resguardarse del frío. Había dejado de llover hace unos minutos, y él se encontraba todo empapado. Tiritaba y deseaba haber traído consigo unos guantes. Miraba enfadado a todos lados, esperando a cierta joven de ojos azules que había acordado encontrarse con él en este lugar.
No, no lo acordamos. Me "obligó".
Red anotó mentalmente nunca hacer apuestas con Blue.
— ¡Hey, Red! — escuchó detrás suyo. Dio la vuelta, sorprendido por el repentino grito — Deberías ver tu cara, ¡es muy chistosa!
— Basta, Blue. — dijo él, ofuscado — ¿Por qué demoraste tanto?
— Intentaba verme linda para mi cita. — infló sus mejillas, fingiendo enojo — Lamento que el señorito fuera tan impaciente.
— Esto no es una cita. — se apresuró a decir.
Ella alzó una de sus cejas.
— Al menos dime si luzco bonita. — Se alejó un poco de él y señaló el vestido que llevaba puesto. Era de color azul. — ¿Y bien?
— Con este clima lo único que lucirás será un resfriado... ¡Auch! Blue, ¡eso duele! — ella lo había golpeado con su bolso.
— Trato de lucir bella para ti y eso es lo que recibo. Me dueles, Red. — dijo, pero después de eso empezó a reír — Como sea, tu "dueña y señora por un día" te ordena que empecemos a divertirnos. — lo jaló del brazo, arrastrándolo hacia la entrada del parque de diversiones.
¿Cómo había terminado en esta situación? Lo único que Red quería hacer ahora era entrenar junto a sus pokémon. Suspiró resignado, había perdido justamente y debía cumplir con el trato. Oh, cierto: cartas. No debería apostar con alguien que sabe jugar a la perfección. Aún recordaba la cara triunfante de la entrenadora al ganar. Lo que nunca se esperó fue que ella lo obligara a salir con él ¿Por qué yo? Con Yellow pudo pasar una tarde de chicas y con Green pudo haberse entendido mejor.
Familias, parejas, niños y pokémon se encontraban allí pese a las condiciones climatológicas. La ojiazul miraba maravillada el escenario donde unos coordinadores daban una actuación. Red, en cambio, suspiraba por enésima vez en lo que llevaba del día.
— Me aburro de solo escuchar tus suspiros. — mencionó ella — Mira, vamos al laberinto de los espejos. Ver muchas yo te hará sentir mejor.
— Hmp. Si tú lo dices.
Y así fue como comenzaron su "travesía".
Carritos chocones, montañas rusas, esos juegos que dan vueltas y vueltas y por el mareo Red no recuerda el nombre... ahora están comiendo unos algodones de azúcar, mejor dicho, ella está comiendo los dos algodones de azúcar que el entrenador pokémon pagó mientras este sostiene el Mareep de peluche que ganó en un anterior juego para Blue.
— Venga — dice ella mientras le da un pedazo del algodón de azúcar — vamos a la rueda de la fortuna.
Comienzan a acercarse a la noria sin decir palabra alguna. Por el rabillo del ojo Red nota algo de nerviosismo por parte de su acompañante. Su actitud era diferente a la de cuando llegó. Al preguntarle el porqué de ello, Blue solo se limita a darle una orden.
— No me hagas preguntas sin sentido, esclavo Red. — su tono fue serio, a lo que él pensó que Blue se había enojado — ¡Llegamos! ¡Vamos rápido para alcanzar un cupo! — ¿Quizá no lo estaba?
Sin decir alguna otra palabra subieron a la noria.
— Este Mareep es tan calientito. — Blue no dejaba de abrazarlo desde que el de ojos rojizos se lo dio al terminar de comer. — Gracias de nuevo por ganarlo por mí, Red.
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Apuestas (Luckyshipping)
FanfictionUna apuesta que termina en una cita en el parque de diversiones. Red suspira enojado, hubiera preferido estar entrenando con sus pokémon. Aunque el que sea Blue su acompañante no está del todo mal. - ¡Tu "dueña y señora por un día" te ordena diverti...