¡Feliz cumpleaños Brit!
Ichiko colocó la última flor en el ramo gigante que le habían encargado: una margarita. Hacia unas dos semanas había llegado un pedido especial a su florería.
Un hombre joven, de unos veintitantos, había encargado, por favor, un ramo enorme de flores con cada tipo que tuviera en su tienda independiente.
Y es que, Ichiko tenía muy buena fama entre los amantes clandestinos y los enamorados declarados debido a su buen gusto en flores y colores, y a su conocimiento del lenguaje a través de éstas.
Por lo tanto, no era sorpresa que recibiera pedidos mucho antes de la fecha de entrega y se le llenara la agenda.
Pero nunca había recibido un pedido así:
"Un ramo de flores, con cada tipo de flor de tu florería, con el listón más bonito que encuentres para decorarlo y la tarjeta que más te guste para que yo pueda escribirle después en ella cuanto la amo"
Ichiko había sonreído levemente al escuchar la voz enamorada al otro lado de la línea. Muchas veces le sucedía que su corazón se enternecía al oír al enamorado o enamorada hablar de su ser amado y luego se le rompía nuevamente un poco más al recordar que a ella nadie la amaba.
Se lo habían dejado bien en claro todas esas parejas que había tenido durante mucho tiempo.
Infidelidades, abandonos repentinos, maltratos...
Por eso prefirió ayudar a los demás a amar mientras ella huía de ese sentimiento.
Los consideraba afortunados.
Muy afortunados.
Este joven le había encargado el ramo a principios de mes para a finales tenerlo, lo que extrañó a Ichiko. Al fin y al cabo, el 14 de febrero era la fecha romántica más cercana y una de las más escogidas para los regalos ¿Por qué no aprovechar?
"Supongo que tendrá sus razones" Se dijo a sí misma, dejando de lado un momento el gran ramo que había robado todos sus pensamientos hasta el momento. Aún tenía muchos por hacer.
Fue en busca de su agenda, en la que anotaba tanto fechas de pedidos como de entregas y los tipos de flores específicos que pedían los clientes.
Y, efectivamente:
Eran demasiados.
Ichiko sonrió orgullosa en cuanto se dio cuenta de que había hecho muy bien en adelantar el ramo gigante, porque no le iba a dar el maldito tiempo ni aunque sacrificara sus tres comidas al día, sus horas de sueño... y sus idas al baño.
Eran las desventajas que de vez en cuando tenía ser una mujer independiente en su trabajo. Y cuando se refería a independiente, era literalmente.
Todoko varias veces se había ofrecido a ayudarla pero simplemente no podía. Ella era mucho menor y más inexperta y no quería que tantos años de esfuerzo y cariño en los que había construido la florería se fueran a la basura por la torpeza de su prima. Porque sí, reconocía y agradecía sus buenas intenciones, pero era la chica más torpe que conocía en el mundo entero.
Aún no le perdonaba el haberle matado su primer cactus. Un puto cactus.
¡Se supone que los cactus no se mueren tan fácil!
Pero Todoko se las ingeniaba para hacer que sí.
Aún al recordarlo sus cejas se tocaban la una con la otra en su ceño fruncido, pero el aroma de los jazmines sabía relajarla casi de forma inmediata. Ichiko respiraba profundo, se nutría con el dulce olor y luego suspiraba.
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Flowers
FanfictionDespués de muchas infidelidades, decepciones, abandonos y rupturas amorosas, Ichiko se ha rendido ante el amor y solo vive por sus flores, ¿pero y si la esperara una primavera? ¿Una primavera coloreada de tonos azules? [KaraIchiko] ¡Feliz cumpleaños...