Dominio

19 0 0
                                    

Como un rugido de un león hace temblar a cualquier animal. Como el llanto de un bebé hace padecer a una madre.

Aunque son distintos entornos y escenarios llegan al mismo punto: el dominio.

Aunque el león lo hace por la fuerza y el bebé por lástima es probable que logren sus cometidos. Sabiendo esto.. ¿Podemos nosotros usarlo para nuestro bien personal? ¡La respuesta es SI!.

Nuestra timidez no ha hecho más que hundirnos y hacernos constantes perdedores, y a su vez bajarnos el autoestima que es parte fundamental de la esencia humana.

No con esto quiero decir que siempre debemos ser soberbios o algo parecido, solo se trata de saber aprovechar las oportunidades que se nos presentan sacando nuestro mejor lado y acompañándolo de confianza y aquí entra lo que es el dominio (por eso el nombre de este primer capítulo).

Primero nos dominamos a nosotros mismos y luego a los demás.

Dominarnos nosotros mismos no es solo respirar profundo cuando estamos molestos o estresados. Va más allá de eso es saber jugar y poner al límite tus emociones sabiendo hasta que punto llegar.

Aunque no lo creas, el dominio y control que tengas sobre ti será captado de manera inconsciente por los demás.

No es lo mismo decir "si, bueno yo creo que si" a decir "por supuesto que si eso es así estoy totalmente seguro". Aunque sea mentira estas dando toda seguridad.

La gente siempre está dudando sobre diversas situaciones es ahí donde entramos nosotros y sacamos provecho, no de forma perversa pero tampoco hay que ser tontos. Sabemos que la vida no es para nada buena. La mayoría de las personas piensan en ellas mismas y en ese egoísmo podemos sacar provecho para nuestras ambiciones.

Es probable que aún no entiendas bien el concepto pero todo está resumido a que si dominamos nuestros sentimientos y emociones, palabras, acciones y todo nuestro ser. Seremos capaces de dominar a nuestro entorno y  los que nos rodean.

Manual para ser casi perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora