7 Días

MARTES

I'm thinking about how people fall in love in mysterious ways
Maybe just the touch of a hand

Kirishima esperaba impaciente a que la campana sonara pues al finalizar la escuela se reuniría con Bakugou en el parque, apenas lo había conocido ayer pero inmediatamente le llamó la atención. Recordó cuando el gran héroe Gang Orca apareció por su casa para informarles que fue seleccionado para el programa de Licencias Provisionales, alguien en la escuela los notificó del bajo rendimiento de Eijirou y como se volvía más retraído; se llevó un gran reclamo de su madre por no comentarle que "estaba deprimido" ¡pero es que él no quería preocuparla! De hecho, había aceptado participar por ella, porque en sus ojos veía cuanta ilusión le hacía.

Se entusiasmó un poco cuando le comentaron que su Senpai sería un aspirante a héroe de UA, pues en sus días buenos él deseó postular a esa academia aunque hoy el miedo lo echara para atrás. No imaginaba que tipo de persona sería su mentor, pensaba en alguien de la estirpe de Crimson Riot ¿para qué mentir? Y entonces le dieron a Bakugou.

Al principio estaba temeroso ¡y quién pudiera culparlo! Si el rubio además de sacarle una cabeza y media tenía los ojos afilados y el ceño fruncido, además era tan musculoso que Kirishima pensó que podía aplastarle fácilmente; su personalidad había cambiado en los últimos meses y por eso se sintió intimidado. Todo eso sin contar que su Senpai era terriblemente guapo. Hace tiempo se había dado cuenta que no generaba sentimientos de amor hacia el sexo opuesto, pero su encuentro con el ardiente Bakugou le confirmaron que le gustaban los chicos, quizá eso también aportó a su tímido comportamiento. Pero lo que más removió su joven corazón fue aquel tacto, increíblemente delicado para alguien que parecía tan brusco, pero que le transmitía tanta seguridad. ¿Podía gustarte alguien en tan solo un momento? Kirishima Eijirou creía que sí.

...

Katsuki tenía un humor de perros, hoy más que nunca. Dejó las clases dos horas antes de lo usual para ir a parar a la casa Kirishima, quería averiguar que hizo a Eijirou ser tan malditamente débil. Pero ahora mismo, mientras esperaba a que la madre del chico le abriera, pensó que quizá fue mala idea; no sólo había perdido dos clases por esto, sino que ahora tendría que hacer una de sus actividades más odiadas: hablar con gente. Bakugou no era lo que se diga un gran conversador, ni mucho menos alguien correcto en lo que al lenguaje se trataba, pero quería esa jodida licencia.

La madre de Eijirou abrió de repente sacándolo de sus pensamientos, lo invitó a pasar con una sonrisa de tiburón después de saber quién era y le invitó té dulce, él odiaba lo dulce.

—Me alegro que ayudes a mi hijo, Bakugou.

—Es para beneficio... de ambos—se tragó el "mío" con un gran sorbo de té.

—Espero que funcione. La verdad me sorprendí al saber la noticia, no tenía idea del estado de mi Eijirou.

Y con esas simples palabras todo se fue a la mierda. Casi soltó una carcajada, asique ella no sabía qué pasaba con Kirishima, fue inútil venir y hablarle a la mujer. Pero claro, ¿qué le hizo pensar que el pelinegro hablaba con su madre? ¿Qué la señora desbordara más alegría que vomito de unicornio? Dio un segundo y enorme sorbo al té para terminarlo.

Asintió en respuesta a la mujer y por los siguientes 10 minutos se la pasó escuchando a la cotorra hablar sobre maternidad, cosa que le importaba poco y vio su oportunidad de huir cuando su alarma de baño sonó.

—Al final del pasillo a la derecha—explicó la mujer yendo por más té.

Bakugou consideró huir por el ventiluz del baño antes de volver a beber esa mierda y escuchar reflexiones, en su camino revisó su celular, pronto tendría que ir a su encuentro con el pelinegro. No lo notó al entrar pero si al salir, frente a la entrada del baño se alzaba una puerta blanca, en el centro estaba adornada por una especie de cabeza puntiaguda color roja y con una gran E. No necesitabas ser un genio para adivinar a quien pertenecía.