El maestro de ciencias

Introducción

Rin se sentó como siempre en la silla del enfrente, un nuevo año empezaba, ahora era diferente por qué iniciaba la etapa más "bonita" de su vida, la preparatoria, sin embargo no lo creía así, nunca salía, los hombres no le hacían caso, era muy recatada y demasiado lista según ellos, la azabache sabía que a los hombres no le gustaban las mujeres inteligentes pues su lado machista lo impedía, querían una mujer sumisa, a Rin esto le daba igual no era feminista, estaba en contra de eso así como del machismo, pero aveces soñaba con una boda y un esposo que la amara para toda la eternidad, que no le fuera infiel que la hiciera feliz aunque cada día perdía la esperanza de esto al ver como era su padre.

Su mamá decía que su papá antes se portaba muy bueno con ella y tenía la esperanza de que volviera a ser como antes, su papá con Rin se portaba muy dulce, le regalaba cosas y la trataba como a una princesa pero con la mayor era todo un patán, la traía como su chacha y por las noches al hacer "eso" oía a su mamá decir que le dolía y luego se ponía a llorar, había presenciado un par de veces que padre golpeaba a su mamá pero ninguna hacía nada, Rin porque por una parte no quería que la alejaran de ellos y la madre porque aún amaba a su padre y no quería dejarlo. Algo que a la azabache le causaba dolor es que siempre su mamá ponía a su papá antes que a ella.

—Buenos días —Un hombre entró al aula sin que la azabache pusiera atención —Soy Sesshomarumaru Taisho, prefesor de Biología —Se presentó— ahora todos saquen su cuaderno de Biología, para mañana lo quiero forrado de negro con imágenes del cuerpo humano, cocido y de doscientas hojas.

Rin entonces un poco intrigada levantó la vista para ver al que sería su guapo y estricto profesor, por un momento se quedó sorprendida al verlo, tenía su cabello plateado, ojos ámbar, piel blanca, muy alto y musculoso, tenía una camisa de vestir negra y unos jeans negros que la hicieron estremecerse.

Sacudió la cabeza al ver hasta dónde llegaban sus pensamientos, su cuaderno luego de ver a ese maestro le dio un poco de vergüenza aún así lo abrió en la primera hoja.

—Anoten en su primera página, trabajos del cuaderno —Todos anotaron de forma rápida— Cuaderno 10 puntos, Examen 10 puntos, asistencia y conducta cinco puntos, y ya se hacen los 25 puntos, cada parcial será así y al terminar el semestre si en todos los parciales salen con 25 tendrán 100 puntos y podrán pasar...

Rin soltó un suspiro viendo su letra asegurándose de que no estuviera fea y no lo estaba.

—Dejen pasar una hoja para hacer la portada, será de tarea y quiero  que el dibujo sea algo relacionado con los tipos de biología, quiero su nombre, mi nombre, el grado en el que van y la escuela.

—Profe no sea abusón —Gritó un joven por lo que el profesor con el ceño fruncido, habló.

—Si deseas puedes salirte, a mí nadie me dice cómo dar mi clase en Mi aula y antes de que se me olvide dejenme decirles que yo seré su tutor durante los tres años que estén aquí así que vallan preparando su mano por qué no descansarán —Vio a todos su alumnos suspirar menos a una que mantenía la cabeza gacha, al verla supo que no debía acercarse a esa chica.

Tenía su cabello azabache y largo, una piel blanca, y piernas cortas, aunque estuviera sentada pudo ver qué era más baja que el promedio, vestía con ropas holgadas y nada sexis.

—Ach, como siempre Rin va a ser la consentida del maestro, ¿Ahora que le hará para ser la "mejor" de la clase? —Todos comenzaron a reír menos Rin quién agachó mucho más tomando su holgada falda negra del uniforme.

—Basta, nadie va a ser mi consentido aquí, si ustedes no logran ser los mejores de su clase es por su falta de cerebro.

Rin alzó la mirada un poco sorprendida del como la había defendido aquel hombre insultando a su compañera sin ningún tipo de censura o remordimiento.

—Anoten como título, las ramas de la biología —Al verlo tomar el plumón y darle la espalda para anotar, Rin no pudo evitar sonreír, su profesor la había defendido y de alguna extraña manera sintió a su corazón latir muy fuerte.

Ahora por primera vez supo cual era el amor a primera vista.