Dangerous | k.th

002

¿JiWon? ¿Nueva prima? Eran las preguntas que TaeHyung se hacía repetidamente después de haberlas escuchado.

—TaeTae, me resbalo—

TaeHyung dejó de prestarle atención a su alrededor, que incluso no recordaba mantener las fuerzas mientras aún cargaba a MinBi en sus brazos. La pequeña estaba a punto de pisar el suelo si no fuera por qué se sujetó fuertemente del antebrazo de su primo.

Después de tomar conciencia, TaeHyung le brindó una de sus peculiares y bellas sonrisas a su pequeña prima, cargándola ahora a modo de que la niña viera únicamente la espalda del mayor y su visión fuese a la inversa. Su rostro no tardó en colorearse en tonos rojizos, debido a la cantidad de sangre que se acumulan en sus cachetitos. Sin embargo, no era motivo para dejar de reír como la infante que es.

—A desayunar— Replicó Tae a la chica parada a su lado.

Después de la presentación que la anciana Kim, JiWon permaneció estática, viendo con disimulada curiosidad el arreglo del hogar. Las fotografías colgadas en la pared, unas más antiguas que las otras, junto con el juego de sillones estilo vintage color crema. Después de que TaeHyung la apartara de su concentración, siguió a ambos primos hasta el comedor.

Los tres jóvenes esperaban a la señora Kim para iniciar a desayunar, aunque de forma discreta TaeHyung y MinBi tomaban pequeños trozos de pan tostado.

–No se dará cuenta– Susurró la pequeña, depositando un trozito de pan en forma de corazón el cual por azares del destino salió con era partícula forma

Para JiWon, muestras de afecto de ese tipo no eran muy usuales, o almenos no desde hace mucho tiempo. Sin embargo, terminó rompiendo a la mitad el alimento que le había proporcionado la niña, sin designarse a comerlo.

Después de que la señora Kim llegara, los cuatro integrantes dieron paso al desayuno, el cual desde el criterio de MinBi había quedado "Fantástico". Dos de ellos repitieron más de una ocasión.

-Mi niña, no has tocado tu comida ¿No tienes hambre?- Replicó la anciana con una sonrisa igual a la de sus nietos, la vuelta fué dirigida a la castaña

–No– Se limitó a decir

-TaeTae, TaeTae... ¡Juguemos a la princesa y los caballeros, JiWon-Unnie será la princesa!-

La pequeña con demaciada euforia corrió hasta su mochila rosada, sacando una corona la cual puso frenéticamente en la cabeza de la mayor y dos crayolas largas , una para ella y otra para su primo, las cuales simularían las espadas de los caballeros.

TaeHyung no tardó en unirse al juego y se arrodilló frente a la "princesa" como muestra de su lealtad.

-Sus deseos son mis órdenes magestad-

-!TaeTae, TaeTae! Los duendes han llegado a robar la corona de la princesa- MinBi había dejado exparcidos en la sala las figuras angelicales que tenía la anciana Kim como decoración y llegó corriendo, jalando del brazo de JiWon dando a entender que la siguiera- ¡Al túnel secreto!-

Sin que ambas se dieran cuenta, TaeHyung cargó a la niña en sus hombros y a su nueva prima en brazos, llendo rápidamente hasta la habitación que se les sería designada a ambas chicas, si no antes advertir- Sujetense fuerte-

Saltaba, se agachaba y "ocultaba" detrás de los pilares de la casa, siguiendo el juego, hasta llegar a una puerta de cedro y bajar a ambas chicas de su cuerpo

-La princesa necesitará protección... Sir MinBi, serás la encargada de proteger a su majestad- Improvisó Tae, abriendo la puerta y dando paso a ambas chicas- Yo iré a derrotar a esos duendes malvados-

Dicho eso, TaeHyung las dejó solas, directo a la sala para componer todo lo que MinBi había creado en uno de sus juegos. Levantó cada una de las figuras y las puso nuevamente donde se encontraban, teniendo especial cuidado con una de ellas, la cual habían roto el año anterior jugando "El piso es lava". Recuerdos como ese llenaban de felicidad al muchacho.

Al ser hijo único, y haber sido entregado a su abuela desde pequeño, TaeHyung creció con un vasío el cual lograba cubrir cada que su pequeña y adorada prima llegaba de visita.

Analizó muy bien el hecho de tener una nueva integrante en su pequeña familia, llenándose de alegría no solo por el hecho de que fueran de la misma edad, si no que tendría la oportunidad de crecer como realmente quería, con compañía.

...

—YEHNNA—