Un trueno lo despertó. La lluvia golpeaba con violencia a su paso, como si en lugar de agua fueran piedras las que caían del cielo. Jungkook se enderezó ligeramente y entreabrió los ojos, por un momento su vista se fijó en la ventana. Se esforzó por alejar las memorias de aquel día, aunque era escalofriantemente parecido.
Cuando un rayo iluminó la estancia abrazó con más fuerza el cuerpo de su novio. Hundió la nariz en su cuello y respiró profundamente, llenándose del delicioso aroma que tanto amaba, recordándose a sí mismo que era real, que lo tenía entre sus brazos.
Sin poder resistirse, besó la nívea piel a su alcance una y otra vez, paseándose de las clavículas a la barbilla por cada espacio que encontró. Sonrió cuando escuchó los suspiros que escaparon de los labios de su hyung y el encantador sonido que emitió, entre gemido y gruñido, que inmediatamente le recordó al ronroneo de un gato.
Eso sólo animó a Jungkook a continuar con los besos, y pasar de la barbilla al rostro, recorriéndolo por completo; apenas satisfecho se detuvo en su boca, cuando esos labios que lo volvían un adicto lo capturaron y las ágiles manos de su hyung se enredaron en su cabello y cuello, exigiendo más cercanía.
No supo en qué momento se posicionó arriba de él, hasta que despegó los labios e intentó jalar aire. El irregular aliento de su novio le hacía cosquillas y la vista lo debilitó. Era real. El ángel que lo veía sonrojado estaba ahí, con él. Sus ojos, cual estrellas, centelleaban con amor, y la sonrisa satisfecha iluminaba su hermoso rostro.
—Podría acostumbrarme a despertar así cada día —le murmuró con la voz llena de afecto—. Ya deberías mudarte y venir a vivir conmigo.
—Yoongi, yo...
La respuesta fue opacada por un trueno tan fuerte que hizo vibrar las ventanas y pareció retumbar dentro de ellos. Su cuerpo reaccionó antes de que su mente le diera la orden y lo cubrió, protegiéndolo; poco después, el sonido del exterior quedó opacado con la suave y melódica risa de Yoongi, que parecía contrastar el temblor inicial que lo había pasmado, debido a esas memorias que su consciente ya no poseía, pero que aún se mantenían dentro de él...
—Ey, Kook-ah —murmuró después de unos minutos, en los que Jungkook no había cambiado de posición—, cuéntame al oído, ¿cómo es qué tiene tanta luz este día tan sombrío?* ¿Cómo haces eso? ¿Cómo haces para llenarme de calidez?
—De qué hablas hyung, eres tú quien lo ilumina, siempre tú —replicó con un tono juguetón, en un intento de ocultar su aprehensión. No funcionó. Yoongi cortó el beso que el menor había iniciado y lo miró fijamente.
—Suéltalo, amor, ¿qué pasa?
Jungkook suspiró. Esa parte aún era difícil. Sin decir una palabra se enderezó y tomó la libreta y el porta DVD que estaban en la cabecera, se los extendió a Yoongi, quien los tomó, desconcertado, mirándolo con una ceja arqueada. Colocó con suavidad el dedo índice sobre su boca y tragó para pasar el nudo atorado en su garganta.
—Lee esto y ve los videos que quieras —le pidió, el tono de voz aunque quedo fue firme. Lo miró queriéndole transmitir todo el amor que sentía—, iré a hacer el desayuno...
Lentamente, casi con pesar, se separó y salió de la cama, rumbo a la cocina. Esperando la reacción, generalmente no cambiaba mucho, pero nada era seguro y en días así, tan similar al de hace siete años... se volvía aún más impredecible, cualquier cosa podría pasar.
Antes de empezar a cocinar, revisó su celular, que se había quedado abandonado en uno de los sofá. Abrió la conversación grupal y calmó a sus amigos; él no era el único inquieto, preocupado.

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Cuéntame al oído [KookGi]
FanficPara Jungkook lo mejor era tener a Yoongi a su lado. «El cielo acostado detuvo el tiempo en el beso y ese beso a mí en el tiempo». Songfic inspirado en Cuéntame al oído de La oreja de van Gogh. Historia para el concurso de Wednesday of lyrics.