Capítulo único

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Con un vestido rojo con detalles negros, mi pelo suelto y bien peinada, maquillada de forma que quedase lo más natural posible, e intentando estar elegante me encontraba en la fiesta de inauguración de un gran restaurante en el que iba a trabajar de camarera.

Esa noche, en el restaurante,  había gente que bailaba y gente que comía educadamente comida muy fina. El restaurante era grande, levantado por columnas con pequeños detalles de oro, las paredes de color beis y el suelo tan encerado que podías reflejarte en él. Había muchas mesas con gente (principalmente parejas) comiendo mientras disfrutaban de como otras personas bailaban un tango.

Todo parecía muy bonito, en sí todo era perfecto, la comida, el ambiente, la música, los bailes... A excepción de una cosa, había que llevar pareja a la inauguración.

Con mi mirada perdida decidí buscar a aquel chico del que me habló mi gran amiga Tsuyu.

— Pelo puntiagudo, pelirrojo, dientes afilados y ojos rojos... ¿Cómo puede ser tan difícil encontrar a alguien así?— me quejé de la situación y comencé a buscar a aquel chico aparentemente extravagante.

Miré por todos lados caminando como una tonta, fijándome en cada mesa, cada rincón, pero no vi a nadie de esas características.

Entristecida me alejé un poco de todo el alboroto del baile y la gente comiendo para ir a una parte del lugar donde había sillones de cuero, al mirar uno de los sillones pude ver a un hombre que llevaba un traje de color rojo oscuro, tenía la camisa un poco abierta dejando ver su pecho y un vaso de whisky en la mano. Me miró, parecía borracho.

— ¿E- Eijiro Kirishima?— le pregunté, era igual a como me había descrito Tsuyu.

— Sí, soy yo— bebió otro vaso de whisky— ¿_____?— preguntó.

— Sí, soy yo— dije repitiendole, pero no le hizo mucha gracia— esto... ¿Qué tal si vamos dentro a disfrutar de los bailes y la comida?— aconsejé.

— Aquí estoy bien, no voy a moverme— vaya, sí que era tozudo este chico, pero opté por sentarme a su lado.

— Y bueno...— iba ha hacer una pregunta para romper el hielo pero me interrumpió.

— No te gusta esta ceremonia, ¿verdad?— me preguntó mirándome.

— Yo... No he dicho eso— negué— aunque bueno... La verdad es que esto es muy aburrido— confesé finalmente.

— Te propongo algo— se levantó del lujoso sofá— vamos a mi casa y nos llevamos esta bonita botella de whisky llena y enterita— dijo cogiendo una botella de esa bebida mencionada.

— Pero... ¿podemos hacer eso?— dudé.

— Es gratis— y con la botella en mano se fue alejando a la salida.

— Vale, vale, esperame— me levanté rápido del sofá y le seguí.

— Entonces, ¿esta es tu casa?— dije entrando a un piso en el que principalmente abundaba el color rojo en pequeños detalles por las paredes que conjuntaban bien con un color beis.

— Sí, puedes sentarte ahí— me señaló un sofá color blanco, no era igual de cómodo que el sofá del restaurante pero era bastante decente. Eijiro abrió la botella de whisky y bebió de ella directamente.

— O- oye, es malo que bebas tanto de golpe, ¿y los vasos?— miré a los lados para encontrar unos vasos pero dejé de buscarlos cuando Eijiro se dejó caer sobre el sofá haciéndome saltar un poco. Soltó un gran suspiro. La verdad es que esta situación empezaba a parecer un poco extraña.

— Vamos a jugar a algo— el pelirrojo se sentó bien en el sofá— nos hacemos preguntas y debemos responder con sí o no, por cada ronda de preguntas debemos beber un poco— cogió la botella y me la extendió.

Al principio desconfiaba un poco pero por la insistencia del chico al final bebí un poco de la botella, sintiendo mi garganta doler y como aquel líquido llegaba a mi estómago.

— Yo primero— dije, él sonrió un poco— ¿Cuántos años tienes?— cuestioné.

— Veintitrés— tres años más que yo, y en cambio tampoco había mucha diferencia de altura entre nosotros.

— Me toca— asentí y esperé a que formulara su pregunta.
— ¿Eres virgen?— me preguntó sonriendo de lado, me molestó esa pregunta y a la vez me incómodo un poco haciendo que en mi cara apareciese un color rojizo sobre mis mejillas.

— ¿Y si no quiero responder?— me negué a contestar, de qué sería capa si le dijese que sí, ¿se burlaría de mí? ¿o me violaría aquí mismo?

— Pues bebe de la botella— sin pensármelo eso hice— dos veces, que empezamos una nueva ronda— para rematar el anterior trago tuve que beber otro más y sentía mi garganta deshacerse. Luego bebió él.

— ¿Sueles tomar bebidas tan fuertes a menudo?— al hablar sentía como mi garganta ardía.

— Sí, y esta no se compara a otras que he probado— añadió— Me toca, ¿tienes pareja?— pensé en si contestar o dar otro trago, pero no quería destrozarme la garganta así que dije "no".

Bebimos los dos de nuevo para comenzar una nueva ronda y mi cabeza empezaba a dar algunas vueltas.

— ¿Podría quedarme a descansar aquí hoy?— me puse una mano en la cabeza.

— No has ni de preguntarlo, ahora me toca a mí— puso una mano en mi espalda y poco a poco me tumbó en el sofá y él sobre mí— ¿te gusto?— reí levemente.

— Eres... Descuidado— puse mi mano en su mejilla y le di un corto beso en los labios para luego cerrar los ojos y empezar a caer en brazos de Morfeo.

Sentí unos labios en mi frente y como alguien me arropaba con una manta, sonreí levemente antes de caer completamente dormida.

Espero que os haya gustado este pequeño One-shot, en parte es para comunicar que la historia que prometí de Eijiro ya está en desarrollo y que cuando tenga unos cuantos capítulos publicaré el primero ^^

PD: este one-shot no tendrá nada que ver con la historia.

Descuidado (Eijiro y tú) [One-shot] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora