Cap 1

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No podía moverse, todo el cuerpo le dolía, le pesaba. No se atrevía a abrir los ojos, la luz que percibía amenazaba con cegarlo si lo intentaba.

Se acurrucó en la mullida almohada escondiendo la cara para intentar acostumbrarse, la cabeza le daba vueltas, pero poco a poco consiguió orientarse.

Se encontraba en su habitación, en el cuartel, no recordaba cómo llego allí, solo que la noche anterior, él y su escuadrón celebraron el cumpleaños de Goshi.

Aunque era su amigo, lo maldijo, hasta donde tenía entendido se reunirían en la habitación de este a converzar y pasar con él, el resto del día.

Lo que debieron saber fue que Shinya se aparecería junto al cumpleañero con dos cajas llenas de bocadillos y bebidas alcohólicas. Privilegios que solo tendría alguien de los Hiiragi. Todos se encontraban sentados en el suelo al rededor de la mesita de la sala y apoyándose en los sofás como un grupo de chiquillos.

Sayuri y Shigure no estaban seguras si aceptar o no, así que le pideron permiso para beber, Guren se los permitió, agregando que ellas podían decidir solas. Mito las siguió.

Sin embargo, él se rehusó, pero Shinya no paro de molestarlo hasta que lo hizo. Después ya no recordaba más.

Aún le latía la cabeza pero, acomodándose logró por fin abrir lo ojos, los frotó como pudo.

Llego a distinguir su ventana con las cortinas de color guinda abiertas, al lado su mesa de noche y el edredón color vino tirado en el suelo.

Mientra volvía a observar la ventana, sintió como algo envolvía su vientre, por debajo de la sábanas y una respiración suave en su cuello, también noto que..... se encontraba desnudo.

Se dio una palmada en el rostro, ¡No puede ser! ¿Habría cometido una estupidez? ¿Con quién? ¿Sayuri? ¿Shigure? ¿Mito? ¡Maldito licor! ¡Maldito Shinya que lo convenció! ¡Maldito él mismo por dejarse convencer por ese grano en el culo albino!

No se atrevía a voltear, nesecitaba pensar, era un adulto responsable, aunque el despertarse con quién sabe quién después de una noche de beber en exceso, diga lo contrario.

Bien, si era Sayuri podrían conversar sobre lo sucedido, se disculparía con ella, quizás tuviera que aguantar un par de llantos y el convencerla de que no fue su culpa.

Si era Shigure, sería algo parecido, se disculparía y aceptaría cualquier comentario sin emociones que esta le diera.

Sus subordinadas eran muy discretas así que no se lo contarían a nadie o bueno, quizás la una a la otra pero entre los tres se quedaría. Si alguien preguntaba, negarían todo.

Si era Mito sería más complicado, no importa lo que hablaran, lo primero que haría sería contárselo a Goshi, eso significaría que todo el ejército lo sabría. Los asesinaría para luego matarse él. Rezó todo lo se sabía porque no fuera Mito.

"¡¿Habremos usado preservativo?! ¡Puede que no! ¡Maldición!  ¿Si la embarazé? No puedo tener un niño accidentalmente, en este mundo, menos. "

Comenzaba a desear no haberse despertado....nunca. Sintió que el brazo que lo rodeaba se movía, su acompañante se estremecía y se acurrucaba en su espalda para luego darle un par de besos en la nuca.

"Que tierna", pensó. Bueno, descartó a Mito, si ya estaba despierta lo primero que hubiera hecho sería gritarle y salir corriendo. Supuso que si era una de sus subordinadas tendría que evitar asustarla. "Que molestia, maldita la hora en que me dejé convencer por Shinya", continuaba echándole la culpa al albino, se dio la vuelta con los ojos cerrados y posó un brazo sobre su acompañante. No supo que le impulsó, quizás en el afán de no sobresaltarla, o por instinto apretó el abrazo, entrelazando suavemente sus piernas y apoyó su rostro en la frente contraria recibiendo todo su aroma a manzanilla y licor de la noche anterior. Recibiendo a cambió un par de besos en el pecho. Le dio un cosquilleo, acompañado de una suave risilla.

ResacaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora