Cap 2

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Guren terminó de desayunar, y tras haber evadido hábilmente preguntas como ¿Por qué se encuentra en pijama?, ¿Por qué se le ve tan nervioso? Y ¿No irá a trabajar? ¿Se siente mal? ¿Desea que nos quedemos a cuidar de usted? El teniente coronel se dirigió de nuevo a su habitación.

No sabía si Shinya aún se encontraba allí, al abrir la puerta encontró todo como lo había dejado. La cama hecha jirones, ropa por el suelo.

Su ropa y la del albino, pero no había albino por ninguna parte. Sayuri y Shigure se fueron a trabajar o mejor dicho a suplir el trabajo de Guren, así que podría arreglar todo él solo.

Se fue al baño del dormitorio para ducharse, supuso que estaría ocupado por Shinya, hubiera sido imposible que se hubiera ido sin ropa.

Al tocar la puerta no recibió respuesta, más bien, escuchó la ducha abierta.

En esos momentos necesitaba de urgencia el inodoro así que ni siquiera tocó otra vez. Al entrar todo estaba con una densa neblina, a Shinya de verdad que le gustaba bañarse con el agua hirviendo. El baño se componía de dos ambientes separados por una cortina de cuentas morada, decoración "made in Sayuri". Un ambiente para el inodoro con el lavabo y el otro para la ducha/tina.

El pelinegro hizo sus necesidades fisiológicas, esperaría a que el albino saliera y se ducharía.

Aún no podía creer que hubiera pasado la noche con un hombre, no recordaba haber sentido atracción por uno antes. Y para ponerla peor con su amigo, bueno, ya no tan amigo.

Los recuerdos no regresaban, llegaba a pensar que Shinya le había mentido y sólo habían dormido juntos, nada más que eso......pero, ¿Desnudos? ¿Y esas marcas?

Ambas posibilidades podían ser ciertas.

- Ah -escuchó- ah...mmmmm -.

"¿Qué es eso?", pensó Guren.

Esos sonidos venían de la ducha. Asomó sólo el rostro, entre la cortina de cuentas.

- Ah...Guren~, mmmmm...Guren, ¿Esto es de él? -dijo Shinya entre gemidos, mientras tomaba el espeso líquido blanco que se escurría por entre sus muslos.

El albino se encontraba sonrrojado sobre sus rodillas y su mano derecha en el piso de la bañera con las paredes de vidrio, con el agua cayendo sobre su espalda llena de moretones y arañazos que con su piel blanca hacían demasiado contraste, mientras que la mano izquierda se encontraba entre sus piernas, estimulando su entrada. La cual escurría la semilla que Guren había dejado en él la noche anterior.

Guren se quedo boquiabierto, nunca se imaginó a Shinya así. El podía ser desvergonzado pero esto era diferente.

- Ah...ah... yo...necesito más -dijo Shinya.

Sus dedos no lo satisfacían, gateó hasta una pequeña repisa de vidrio y tomó un cepillo para el cabello. Guren no sabía si detenerlo porque ese era su cepillo, o dejarlo para ver lo que haría con el.

El albino se puso a cuatro patas de nuevo, el agua caliente seguía bañándolo. Se apoyó sobre su mejilla en el suelo de la bañera. Acarició su abdomen hasta su entrepierna suavemente sólo pensando en un hombre. Una mano comenzó a bombear lentamente su miembro y la otra llevó el mango del cepillo a su entrada. Presionó lentamente mientras este se habría paso en él. Los anillos del jebe que decoraban el cepillo tocaron todos los puntos sensibles a la vez. Dándole una oleada de placer.

- Ah...... Guren~, má...más adentro, lo..lo quiero todo -.

De golpe hundió todo el cepillo en su trasero. Soltando un alarido tan agudo y desfallecedor que el mismo Guren cogió su entrepierna ya despierta para tratar de no venirse allí mismo. Era una imagen demasiado erótica. No se le podía culpar, estaba viendo a su mejor amigo mostrándole como se masturbaba pensando en él.

ResacaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora