Final Feliz

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Steve volvia a su viejo departamento; llevaba concigo las compras del día. Tenía ganas de escribir una nueva carta a su Tony, y esperaba poder hacerlo apenas llegará a casa haci la enviaría de inmediato.
Realmente el quería estar a lado de su moreno, pero el miedo al rechazo, y el odio que el millonario le pudiera tener por todo lo que pasó en la C.W se lo impedía. El Capitán no tenía miedo de decir que era un cobarde por no poder enfrentar al hombre de hierro. Pero es que Tony era tan perfecto a los ojos del rubio, y el. El sólo era una rata de laboratorio. Ni siquiera debería estar en esa época.
Con todos esos pensamiento llego a la puerta de su casa. Estaba residiendo en un viejo edificio lejos del centro de la ciudad. Aunque era algo peligroso allí nadie lo buscaba.
Los sentidos de super soldado lo alertaron de que algo andaba mal. El no había dejado ni la televisión ni la radio encendidas, y su puerta estaba abierta.
-Hasta que llegas. Comentó Tony parado frente a una mesa servida para dos con velas y música suave en la sala.
-¿Qué haces aquí? Pregunto Steve creyendo que estaba soñando.
-Vine a cenar con el hombre que amo. Contestó el moreno sonríendole.
-¿Como? Steve estaba en blanco no podía creer que Tony le correspondiera.
- Es fácil de comprender Capi. Tu decidiste confesar tu amor, de una manera muy particular si me dejas opinar. Pero nunca me dejaste hablar a mi. Contestó Tony caminando lentamente hacia el rubio. -Y la verdad ya me cansé, me cansé de esperar a que vengas a mi, me cansé de sólo tenerte por medio de las cartas que me envías. Tony suspiro frustrado. -Sabes las noches que pase en vela, esperando a que aparecieras en la torre que decidiera volver, y no sólo por mi. Todo el equipo te espera Steve los Vengadores te necesitan, yo te necesito.
Necesito de tu constante presencia, de tus regalos, y sermones. Eres el hombre del que me enamoré, el hombre con el que he soñado más de la mitad de mi vida. Eres mi héroe Steve. Sólo mio.
Terminó Tony de hablar y enganchó sus brazos en el cuello de Steve. -Deja de huir y vuelve a casa. Susurró antes posar suavemente sus labio en los del rubio.
El beso era lento, y dulce, no había apuros, ni prejuicios, no había verdades a medias, ni secretos ocultos. Eran dos corazones heridos curandose mutuamente, entrenándose, demostrando todo el amor que se tenían.
No hace falta contar que la vuelta a la torre fue toda una fiesta, todos los Vengadores recibieron a su capitán, con alegria, y Steve se sorprendió cuando vio a James allí.
-¿Bucky? Pregunto.
-Hola hermano.
-¿Qué haces aquí?
-Tones me invito. Contestó el sargento con una sonrisa.
- No podía dejar a tu hermano fuera de esta familia. Es tu familia, nuestra familia. Sentenció Tony con una gran sonrisa.

Hora de pedir perdonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora