One Shot.

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Era solo una joven más del montón, solo una adolescente más con una vida normal.

Aunque soy buena en mis estudios y en el deporte, ya que soy la presidenta del club de pesas. La más fuerte.

Ningún chico se metía conmigo, sabían de mi fuerza 'sobrehumana' y por eso tengo más amigas que un amigo o algo más.

No, soy de esas que no le interesa tener novio.

Pero me retracte ese día.

Rojo, ese era lo primero que había visto de él.

Un intenso y brillante color rojo, su cabello me parecía hermoso a mi perspectiva. Me gustaba sus cabellos rojos.

Lo había visto en ese lugar, siempre lo concurría y yo siempre pasaba al salir del club. Al principio no me llamó la atención, era solo un estudiante más.

Hasta que lo vi sobre el pupitre, no sabia porque lo había hecho, pero me había adentrado al salón y acercado lentamente al joven.

Él dormía pacíficamente. Y parecía ajeno a mi presencia.

Me acerque más a él y solo veía como su cabello rojo se mecía al son de la brisa de la ventana.

Se veía tan tranquilo. Tan pacifico.

Me secó el rostro con una toalla blanca y después veo mi rostro en el espejo.

—ni siquiera me conoce para estar pensando en él —susurro para mi misma, frunciendo el ceño.

Después de descansar mis brazos, me fui directo a despedirme de todos e irme del salón del club.

Cuando caminaba por el pasillo de mi instituto me di cuenta que había alguien tirado en el suelo.

Rápidamente corrí hacia el cuerpo y al ver su cabello me di cuenta rápidamente de quien se trataba.

—rayos —susurré al girar su cuerpo boca arriba y ver que tenía el labio partido —esto es seguro obra de esos tarados...

Al tener más fuerza que cualquier chica, se me hizo fácil llevarlo sobre mi espalda. Después de ver que estaba bien acomodado, empecé a trotar hacia la enfermería de la institución.

Al llegar, la doctora me lo hizo acostar en una camilla para así poder atenderlo.

—¿lo has hecho tú, Sakura-chan? —preguntó la pelinegra viendo el cuerpo herido del pelirrojo.

—claro que no, Shizune-san —negué inmediatamente, para después tomar asiento al lado de la camilla.

Vi como Shizune se encargaba del pelirrojo y yo la miraba fijamente, ya que aunque estuviera en el club de pesas, yo quería ser doctora.

—bueno, si esta bien... Me voy...

—no, quieta ahí niña... Tú me acompañaras, después le hablo a Tsunade lo que pasó... —dijo lo último al ver mi rostro pálido, ya que ambas sabían como era mi abuela cuando no llegaba a horario a casa.

—esta bien —doy un suspiro y vuelvo a mi asiento.

Pasaron alrededor de dos horas y para no aburrirme veía al joven durmiendo.

"¿cómo cuidará su cabello?"

Tuve ganas de acariciarlos pero la razón me detuvo y tuve que girar mi vista hacia afuera, donde el atardecer desaparecía y llegaba el cielo nocturno.

—¿no despierta todavía? —preguntó la pelinegra, recibiendo una negativa de mi parte —esta bien... ¿Quieres algo para beber? Iré a las máquinas...

—un zumo de naranja —me encogí de hombros y seguí viendo por la ventana.

Después de eso sentí como salía de la enfermería y me dejaba sola con el moribundo.

Al pasar los segundos cerré mis ojos y me dejé llevar por el vaivén de mis pensamientos, hasta que sentí como las sabanas se movían. Así que abrí mis ojos y me percaté de los ojos avellanas que me miraban fijamente. Su cabello despeinado le daba un aspecto tierno y atractivo a la vez.

— veo que ya has despertado —dije con una pequeña sonrisa— si que te han dado una buena paliza —reí levemente para despues negar —dejame adivinar —cerré mis ojos y me quedé unos segundos meditando —fueron Hidan y su novio... digo, su amigo avaricioso... seguro, seguro —asentí y abrí mis ojos.

— ¿adonde estoy? —preguntó él mirando a su alrededor.

—te encontré y te traje a la enfermeria— me encogí de hombros y despues miré hacia el cielo —deberias de tener cuidado con esos idiotas... el tonto de Pain los controla...

Lo escuché suspirar y yo bajé la mirada para ver como se sentaba en la camilla.

—tengo que volver —dijo éste levantandose del lugar.

Antes de que diera un paso hacia adelante, lo agarré del brazo y miré fijamente sus ojos marrones.

Veo como él se sorprende y me mira, a mi parecer, con un leve sonrojo en sus mejillas.

— usted es Haruno Sakura ¿cierto? —dio un suspiro y desvió la mirada.

—oh veo que soy muy conocida... ¿cómo te llamas?

—Akasuna no Sasori...

—muy bien Akasuna-kun, encantado de conocerlo... pero temo decirle que ahora lo tengo que acompañar —lo volví a sentar en la camilla y le pasé su mochila —no pienso perder mi responsabilidad...

Vuelvo a reír y él no niega mis palabras, y así ambos salimos del establecimiento sin decir nada más.

—después le diré a Shizune-san que te acompañé a casa —asentí para mi misma y miré al pelirrojo que seguía caminando —no eres muy hablador ¿cierto?

Sasori se detuvo unos segundos pero siguió su camino.

—bien, bien —doy un suspiro y miro el cielo estrellado.

Seguimos caminando en silencio hasta que veo que se detiene frente de una casa bien cuidada.

—bueno... Creo que ya es hora de despedirnos —comenté con una sonrisa —bien... Etto... Espero que te recuperes...

Lo vi asentir y antes de que hablara había salido corriendo hacia mi casa, dejando al pelirrojo con la palabra en la boca.

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Narradora.

Al día siguiente se podía observar mucho movimiento en el colegio. Todos murmuraban y corrían de un lado a otro.

Un pelirrojo no sabía que estaba pasando en el lugar, aunque no le interesaba. Sólo que se sorprendió al ver a una joven pelirrosa en la puerta del salón. Él no sabía a quién estaba buscando hasta que vio como sus ojos jade se dirigían al pelirrojo y le sonreía.

—¡hey Aka-kun! —se acercó corriendo hacia el mayor y le sonrió —ya me encargué de esos matones... Les advertí que no se metieran contigo...

—¿por qué haces eso? —le preguntó el mayor con el ceño fruncido.

Sakura río nerviosa.

—es que eres el primer chico que se atreve a no huir de mi —respondió sincera la joven de ojos jade.

Sasori la miró serio para después ablandar su mirada y terminar sonriéndole levemente.

—sabes... Me pareces más tierna que otras —dio una mirada a su alrededor —si quieres podemos ser amigos...

—¡bien! ¡Empecemos con eso! —y antes de que él dijera algo más, la pelirrosa tomó su brazo y lo tironeo hacia el salón —"empecemos con eso Aka-kun"

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Personajes de Kishimoto.

Espero que les guste y gracias por leer estos oneshots.
Pd: me han robado mi celular Q. Q Así que no puedo escribir muy seguido. Nos veremos pronto.

MARIAANGELZ.

Rojo (SasoSaku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora