bad idea

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Estaba ebrio y enojado, llevaba cinco horas esperando a que cierto idiota peliazul llegara a su departamento.
Desde el inicio de su relación había decidido, junto con en moreno, el alejarse de las cursilerías y los abarrotados restaurantes y bares que abundan el 14 de febrero, por lo que pasarían el día de los enamorados en el departamento del pelirrojo.
El plan era simple: el moreno llegaría después de clases, pasarían el día  comiendo y bebiendo un poco, viendo unos cuantos partidos de basquetbol y con unas copas de más pasarían la noche entera en vela entre caricias, besos y placeres. El plan era perfecto, el único inconveniente es que el moreno estaba retrasado ¡Cinco horas!, era ya común en su relación que Aomine se retrasara unos minutos, incluso media hora , pero cinco horas era demasiado y para cuando transcurrieron las primeras dos horas el pelirrojo había decidido empezar a beber para hacer mas "amena" su espera y no linchar al peliazul por su excesiva impuntualidad pero con tanto tiempo de espera, y sin darse cuenta, el pelirrojo había consumido más de la mitad del alcohol que había previsto para ese día.

-¡Edtupido Ahomine! ¡Edtupido alcohol! ¡Edtupido día!- Kagami descansaba en el futón mirando la "programación especial" que se transmitía ese día. Las películas de romance no eran de su agrado, los problemas de los protagonistas, las relaciones problemáticas, la angustia y la tercería de la antagonista eran siempre una historia repetitiva que concluía con un "fina feliz"; realmente detestaba esa trama tan predecible. 

Despertó por los intensos golpes que se escuchaban en la puerta, no se dió cuenta cuando se quedó dormido. Se levantó del futón con un molesto dolor de cabeza, no debió tomar así, aun sentía los efectos del alcohol apoderarse de él, gracias a Dios las luces estaban apagadas, a excepción por la luz del televisor, y ya había oscurecido por lo que podía tolerar el dolor.

Miró por la mirilla de la puerta y sonrió de forma traviesa, esto sería divertido. Agradeció al alcohol el permitir que su cerebro formulara ideas locas y traviesas además de inhibirle la posibilidad de pensar antes de actuar ¡Bendita cerveza! tus efectos siempre están en el momento justo.

-¿Sabes la hora que es no es así?- el pelirrojo abrió la puerta. El moreno se encontraba bañado en sudor y con la respiración agitada.

-¡Lo... Lamento! Me quedé dormido en la azotea de la escuela- el pelirrojo frunció el ceño y se quitó de la puerta permitiendo al peli azul entrar al departamento.

Kagami se sentó en el sillón y comenzó a recorrer todos los canales del cable como buscando algo interesante que ver, pero sin prestarles atención. el moreno cerró la puerta y se quedó parado tras el pelirrojo siendo claramente ignorado por éste, al parecer realmente estaba enojado.

Sin darle importancia a la actitud del pelirrojo, el moreno se acercó a la cocina y abrió el refrigerador buscando algo que comer. 

-¡Oe, Kagami! ¿Donde quedó la comida?- se giró hacia la sala preguntándole pero éste ya no estaba ahí.

El sonido de la puerta del refrigerador siendo azotada le sacó un susto de muerte al moreno. Al voltear distinguió con dificultad la silueta del pelirrojo parado junto al refrigerador y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, algo le daba muy mala espina.

-Entiendo que estes molesto porque llegué a esta hora, pero realmente no fue mi culpa- el moreno intentó excusarse -Satsuki me obligó a probar su horrible comida, me dió un horrible dolor de estomago y huí de ella corriendo a la azotea. fue ahí que me dormí- Kagami no decía nada, solo se acercaba al moreno a medida que este hablaba y daba pasos hacia atrás.

-¡Oe, Bakagami! Me estas asustando... si estas molesto sólo dilo- Aomine tropezó con el reposabrazos del sillón cayendo sobre este -¡Carajo, eso duele!-

Mientras el moreno se sobaba la cadera por el golpe, el pelirrojo se le trepó a gatas sentándose exactamente sobre su entrepierna.

- ¿Sabes cuento tiempo te esperé?... ¿Tienes idea de cuanta hambre tengo?- el moreno negó frenéticamente con la cabeza - Y tú, Ahomine, llegas seis horas tarde a nuestra cita y lo primero que me pides es que te dé comida- 

el pelirrojo deshizo el nudo de la corbata que traía el moreno en su uniforme quitándosela del cuello -No... así no funciona- Kagami pasó la corbata alrededor de las muñecas del moreno de tal forma que le dejó inmovilizados los brazos.

-¡¿Qué demonios haces Bakagami?!- el peli azul se zangoloteaba intentando quitarse al pelirrojo de encima.

Kagami movió su cadera sobre la entrepierna del moreno haciendo que este soltara pequeños suspiros y ligeros espasmos -Shhh... Me dejaste sólo y sin comer el día de San Valentín- el pelirrojo se acercó para quedar cara a cara con el moreno -Ahora tendrás que pagar las consecuencias-

Aomine percibió el aliento a alcohol que despedía el pelirrojo y la mirada seria que éste tenía, la mirada que sólo había visto cuando Kagami entraba a "la zona". Esto pintaba realmente mal.

-¿Bebiste? ¡Estas ebrio Bakagami!- el pelirrojo sonrió lamiendo los labios del peli azul para después apresarlos en un apasionado y torpe beso.

- Voy a comerte y te voy a enseñar lo que es ser devorado hasta no poderse levantar- el moreno se palideció mientras el pelirrojo soltaba una risa burlona.

Desde ese día Aomine aprendió  que dejar a un pelirrojo solo, ebrio y sin comer el Día de San Valentín era una muy mala idea y vaya que lo lamentaría al día siguiente.

  

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