Prólogo

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Kendra Salfor

Todo lo que conocemos guarda en su interior la historia del universo, aún podemos escuchar en nuestros latidos los ecos de su creación.                                                                                                                    Somos la evolución de tiempos pasados y el vestigio de tiempos futuros, el polvo de estrellas está impreso en cada célula de nuestro cuerpo, somos el universo mismo.

Cuando el primer ser apareció en este mundo era evidente que un gran futuro le aguardaba a este gran orbe. La mutación hizo posible una evolución sin la cual la probabilidad de que pudieramos existir seria nula, fueron esos pequeños errores, esos cambios los que permitieron que el ser humano existiera, y aun cuando pasaron millones de años para que esto fuera posible, entendemos que fue necesario, pues nuestro planeta también debía evolucionar, necesitábamos una atmósfera en la que se pudiera desarrollar la actual forma de vida, todas las especies que vivieron antes que nosotros forman parte indispensable de nuestro pasado.

El surgir de la especie humana es la condena del mundo, a lo largo de miles de años queda más que demostrado que la verdadera destrucción dio comienzo con la humanidad. Pero si vemos más hacia el pasado observamos que todo lo que tiene un comienzo también tiene un final y en el transcurso sufre cambios, cambios que son importantes para la evolución así que el consuelo que tengo es que algún día vamos a desaparecer para que una nueva especie surja, la pregunta es ¿la nueva especie será mejor o peor que nosotros?, al final como la mayoría de las opiniones todo será relativo.

La transición del homínido al humano se dio gracias a muchos factores, miles de años pasaron para que desarrollara la inteligencia y conciencia con la que tomo el control sobre todo lo que considera inferior, una vez que el ser humano se estableció y empezó a formar clanes comenzó la lucha por el poder entre los de su misma especie, eso es interesante y a la vez necesario, ya lo he dicho es la naturaleza del cambio.

Pero con el inicio de esta raza también apareció otra, una especie diferente de aquella que tuvo sus inicios en este planeta, aún se desconoce de dónde vienen o cual fue su inicio, pero cuando aparecieron ante los humanos se convirtieron en deidades para ellos y a su vez a los ojos de estas criaturas los seres humanos ganaron el aprecio y simpatía de algunos de ellos

Muchas de las construcciones se hicieron en su honor, se tomaron muchas vidas en sacrificio en el nombre de estos seres, lo interesante es que ellos nunca lo pidieron, los seres humanos buscaban ciertos favores y por eso se tomaron la libertad de cometer tales actos en el nombres de sus dioses, pero estos seres imponentes no eran dioses, simplemente eran criaturas con más conocimiento acerca del universo, lo que quizá provocaba el temor o respeto que se les tenía era su apariencia, eran de al menos tres metros de alto, corpulentos, el color de su piel era oscura para aquellos que salían cuando la luz del sol bañaba la tierra, tenían tatuados en sus cuerpos diversas líneas que formaban patrones específicos, cubrían con telas extrañas adornadas con plumas la parte baja del cuerpo su torso estaba completamente desnudo; los dedos de sus manos eran algo largos, sus ojos eran del color del cielo y el mar. Aquellos que aparecían bajo la protección de la oscuridad durante la noche, eran pálidos, su piel casi blanca como la luna, admiraban el cielo y conocían cada estrella de la bóveda celeste, físicamente eran idénticos a sus congéneres.

Durante algún tiempo estos seres y los seres humanos vivieron en el mismo espacio-tiempo y al convivir los seres humanos aprendieron mucho de estos seres, pero algunos años después desaparecieron, nadie sabe con precisión a donde fueron y fue aquí cuando los humanos construyeron templos en su honor, crearon leyendas de sus Dioses y si bien todas provenían de diferentes lugares algunas coincidían en aspectos variados.

Thargard, ese era el nombre de estas criaturas, y provenían de otro orbe llamado Dangord, los Thargard evolucionaron de una manera distinta y mucho más rápido que los humanos de manera que ellos conocían la manera para viajar a los mundos donde detectaran vida, pero hasta ese entonces solo habían identificado vida en el tercer planeta del sistema solaría.

Al descubrir la civilización que apenas comenzaba, decidieron emprender un viaje a través de un túnel que podía unir dos mundos separados por el espacio-tiempo, ¿cómo sabían que el mundo comenzaba albergar vida? ¿Esa es su pregunta?, la contestare, Sargard el viejo anciano de los Thargard poseía un talento único y asombroso aun para los mismos de su estirpe, él podía ver los mundos en los que surgía algún sistema de civilización. Así fue como supieron de nosotros y llegaron aquí para conocernos, para averiguar más sobre la historia del universo, para hacer nuestro pequeño mundo y nuestra poca estabilidad y seguridad añicos.

Ellos son los responsable de que las malditas criaturas nos atormenten por la noche, que nuestros sueños abrigados por la oscuridad se vean interrumpidos por el horror.

La Batalla de las BestiasWhere stories live. Discover now