LA HISTORIA QUE NO DEBIÓ SER [KrysHun]

El imbécil que se equivocó de serpiente.

Disclaimer: 

Inspirado en La leyenda de la serpiente blanca (El cuento romántico, no la versión macabra). aquí son reencarnaciones de los personajes originales de la leyenda:

Sehun – Xi Xuan (El enamorado)
Krystal – Serpiente verde
Victoria – Serpiente blanca

Kris – Fahai (El monje)

❤️🐍❤️

Cuando Xi Xuan se reencontró con su amada, la vio debajo de un árbol, intentando protegerse de la lluvia. Justo como la primera vez que la vio, hermosa, aún con su vestido blanco empapado. Bendito era Fahai por obligarlo a ir por ramen instantáneo a cuatro cuadras lejos de donde vivían porque el que había en la tienda más cercana no era de su estilo.

Terminó por prestarle el paraguas para que no se siguiera mojando y ella se presentó como Jung Soojung, también le extendió la tarjeta de la florería donde trabajaba con la promesa de devolverle el paraguas.

No perdió el tiempo y al día siguiente fue a verla, a través del ventanal de la florería la vio entre claveles, tan ensimismada que no se percató del hombre que tanto la admiraba a lo lejos; pero la otra encargada sí lo hizo.

—¿Te puedo ayudar en algo? —mencionó tan pronto como abrió la puerta de cristal. El sonido de la campanilla hizo que se ruborizara porque había sido descubierto: ahora los ojos de su amada serpiente blanca lo veían entre las flores, confundida.

—Uh, si... yo, verás... —En su primera vida, Xi Xuan había sido bendecido con el don de la elocuencia. Ahora no podía evitar sesear cada vez que hablaba; además de que su expresión —o falta de una— no le hacía lucir como un tipo confiable. El caso fue que intentó sin éxito hilar un par de frases coherentes ante la mirada escrutadora de la mujer, hasta que la bella serpiente blanca salió a su rescate.

—Ah, es el héroe del paraguas. Songqian, déjalo pasar. —Si de lejos era hermosa, de cerca era algo así como la representación de lo más bello aquí en la tierra. Le dio la espalda mientras le comentaba que le traería el paraguas, él podía esperarle. Vaya, ya lo había hecho una eternidad, ¿qué más daba esperarla un par de minutos más?

—Soojung no dejó de referirse a ti así. No le dijiste tu nombre, chico listo. —La otra mujer le llamó la atención, ésta le regaló una amplia sonrisa mientras lo guiaba por las macetas y plantas hasta el mostrador; pero aunque lucía amigable, no dejó de mirarlo con sospecha.

Y Xi Xuan sospechó que tal vez ella no era más que la serpiente verde, la eterna amiga de su amada, quien no dejaría que le volviera a romper el corazón.

—Soy Oh Sehun. —No podía tener el mismo nombre de su primera vida al haber reencarnado en Corea (duh); pero seamos razonables, en su interior, seguía siendo el pobre estúpido enamorado. Y cuando su serpiente blanca regresó con el paraguas en manos, ya tenía trazado un plan infalible para conseguir una cita antes de salir de ahí.

Por desgracia, Soojung tenía un par de pedidos que entregar, así que, para evitar retrasos, Songqian lo despachó de la florería. A Sehun no le quedó más remedio que irse hasta el departamento que compartía con el monje metiche causante de todas sus desgracias.

El holgazán fue castigado por los dioses al haber dudado del amor puro de la serpiente blanca; así que, ahora estaba pegado a él, con la única misión de juntar a los dos enamorados que alguna vez luchó por separar hasta las últimas consecuencias.