Había una vez una niña que se llamaba Corina. Corina era una niña amorosa y cariñosa que apesar de que su familia era disfuncional siempre mantenía una sonrisa en su rostro.
Un día la niña llegaba del colegio y cuando abrió la puerta de la casa se encontró raro que estaba tan silenciosa, apesar de que tenía miedo decidió entrar, cuando caminaba hacia la sala se encontró con una silueta de un hombre en el sofá, cuando se fijo bien era su padre y no parecía estar en su cinco sentidos.
Corina se quedo quieta cuando vio a su padre ponerse de pie para dirigirse hacia ella. Ella se asusto al no verlo en buen estado, corrio hacia su habitacion hasta entrar en ella y ponerle seguro a la puerta, se tiro en su cama abrazando a teddy su osito entonces, su padre empezo a forzar la cerradura hasta que de una patada derrubo la puerta, ella estaba tan asustada que no pudo hacer otra cosa que quedarse quieta.
Su padre no estaba bien tenia una borrachera que no sabia donde se encontraba, pero apesar de eso su mente le estaba jugando una mala pasada con su hija, empezo a mirarla con deseo.
El padre logro su objetivo habia violado a su hija de 12 años que no tenia fuerza para defenderse de un hombre, y ahi fue cuando la vida de esa niña nunca volvio hacer la de antes.
Esa misma noche la niña habia escapado de su casa con su oso teddy perdida en su pensamientos, pensando en lo que su propio padre había hecho.
Una semana después, la niña vuelve a su casa con su oso teddy a esperar a su padre en el mismo sillon que el la habia esperado. Unos minutos despues su padre habia llegado pero habia algo dirente esta vez ella no sonreía y no era la misma, ya no le importaba nada, ya no tenia que perder.
Su padre la miro y corrio de inmediato abrazarla, la niña no se movio. Ella saco un cuchillo se lo clavo una y otra vez en el abdomen, hasta que su padre estaba en el suelo a punto de viajar un viaje sin retorno, hacia la muerte.
La niña se detuvo y le dijo antes de mancharse -gracias por destruirme dicho esto se fue arrastrando a su peluche teddy, ambos llenos de sangre.
Y jamás volvieron a ver a la pequeña niña.
