¿No eres muy joven para ser un policía?

856 43 8
                                    

* Inna *

Ser Inna Apple es una nueva forma de comenzar el día. Me repetía a mí misma mi nombre para no olvidarme, temía que mis recuerdos se esfumaran. Todo el tiempo me prometía que estuviese dónde estuviese intentaría ser una persona nueva y diferente y mírenme, aquí estoy, en medio de la nada con nadie en particular, aunque es algo de lo que necesite hablar. De hecho, no quiero hablar con nadie, sólo quiero un llegar a un lugar con civilización, es decir, estar en medio del bosque por la mitad de la noche no es algo lindo.

Escucho el aullido de un lobo del otro lado del bosque en dónde estoy. Tiemblo un poco del miedo y camino más rápido. De pronto, observo luces al fondo de la carretera, un auto. Genial, es lo que necesito ahora. Gracias.

Me puse en medio de la carretera y el auto se detuvo. Había una chica y un muchacho dentro del auto azul. Ahora pienso que quizás no fue buena idea detenerlos. Ella es muy linda, su mayor distintivo es su cabello y de ahí su vestimenta. Comparada conmigo ahora.

- ¿Estás bien? - Me pregunta él.

- Sí, gracias. Estoy perdida y no sé a dónde ir - Respondí intentando sonar firme y no como una damisela en apuros.

- ¿Te llevamos a un lugar seguro? - Asiento a las palabras de la chica.

Me ayudan a llegar al auto y luego abren la puerta, entro y me coloco el cinturón de seguridad. Ellos suben y se miran entre sí, aunque no dicen nada. Sólo espero que no traten de matarme o algo por el estilo, me dan miedo estas personas, es como si hubieran llegado aquí sólo porque yo necesitaba ayuda, aunque no sé si ayuda de la buena o de la mala.

Llegamos a una comisaría, al parecer eso era. Miré el letrero "Comisaria de Beacon Hills". Bueno, al menos sabía dónde estaba. Ellos bajaron y yo les seguí.

- Aquí estarás a salvo. - Ella me miró con una sonrisa y yo le respondí igual. Pero ¿A salvo de qué? ¿Porqué estaba en el bosque? ¿Qué estoy haciendo aquí?

- ¿Lydia? ¿Qué están haciendo aquí? - Cuestionó un oficial. Al parecer, el sheriff.

- La encontramos, a media carretera, dice que está perdida. - Respondió la pelirroja.

- Okay, me haré cargo. Gracias muchachos. - Ambos jóvenes asintieron. Yo sólo me quedé a esperar a que me preguntaran algo.

- Gracias chicos. - Respondí yo antes de que ellos salieran.

- Bien, acompáñame hija. - Asentí y entramos a su oficina. - Soy el sheriff Stilinski y necesito que me respondas unas preguntas, ¿De acuerdo?

- Sí.

- ¿Cómo te llamas? ¿Cuántos años tienes? ¿Qué pasó allá afuera? Algo que quieras contarme. Solo quiero ayudarte. - Me cuestiona.

- Me llamo Inna Apple y tengo 17 años cumplo 18 mañana - Respondí. - Yo me encontraba en el bosque caminando. No sabía a dónde ir o que hacer, tampoco sé de dónde vengo no tengo idea de nada. - Estaba comenzando a ponerme histérica.

- Bueno, tranquilízate. - Me dice el sheriff. - Te ayudaremos, ¿Bien?

- Sí, gracias.

Después de unos minutos me tomaron fotografías, sacaron placas de mis huellas dactilares, entre varias cosas más. La ropa sucia me comenzaba a molestar y el sheriff lo notaba, me dijo que esperara, que había llamado a alguien para que me ayudara con todo.

Al cabo de un rato una chica de cabello negro apareció por la puerta y entró a la oficina del sheriff. Luego de unos minutos salió y se sentó a mi lado.

- Escucha, el sheriff quiere que te lleve a casa para que te des una ducha, te prestaré algo de ropa y luego volverás aquí ¿Bien? - Asiento.

- Bien.

- ¿Cómo te llamas?

- Inna ¿Y usted señorita?

- Allison Argent, es un placer conocerte. - Sonrío y luego de salir de la comisaría fuimos lo que creo era un departamento. Entramos y me duché y vestí con algo básico para luego ir a la cama, pues el sheriff creyó que era muy tarde para volver a la comisaría. No tuve mucha plática con Allison, no sé si era yo o era que realmente no lograba hacer amigos nunca. Al menos aún no me olvidaba del todo.

A la mañana siguiente volvimos a la comisaría y después de desayunar con Allison fue a dejarme a la comisaría. Me senté en mi lugar y le agradecí haberme llevado de nuevo. Ella habló de prisa diciendo que debía irse. No, en definitiva no sé hacer amigos.

- Inna, buenos días. - Dijo el sheriff. - Escucha aun no tenemos nada de tus padres y dado que no tienes una identificación oficial alguien de servicios sociales vendrá a atender tu caso ¿Bien? - Asiento.

- Sheriff... - Habló un oficial. - Soy nuevo en Beacon Hills y estoy a sus servicios.

- Oficial...Parrish. Tengo su primera tarea.

- Diga señor.

- Lleve a almorzar a la señorita. - Le da unas palmadas a su oficial y se retira.

- ¿Eso fue raro o es mi imaginación? - Me encojo de hombros sin respuesta. Me lleva a la camioneta y luego conduce hasta el centro comercial. - ¿Qué es lo que le gusta comer señorita?

- Me gusta la pizza. - Respondí.

- ¿Pizza en el almuerzo?

- La pizza es rica a toda hora. - Respondí yo esta vez creando un chiste para mí misma.

- Oh, claro. Adolescentes y su obsesión por la pizza. - Y arrancó la camioneta.

Conduce y bajamos a la pizzería, hacemos nuestro pedido y luego volvemos a la camioneta.

- ¿Podemos hablar sin las palabras "señorita" o "señor oficial"? - Le pregunto yo. No tengo ganas de quedarme callada.

- Claro. ¿Cómo te llamas?

- Inna Apple. - Respondo.

- Un gusto Inna, me llamo Jordan Parrish. - Se presenta.

- Bueno, ¿Qué edad tienes? ¿No eres muy joven para ser un policía?

- Acabo de cumplir 24, es la edad perfecta para ser un policía. - Me saca una sonrisa. - ¿Tú? ¿Qué edad tienes?

- 18. Los cumplo hoy.

- ¿En serio? Te daría un abrazo pero se supone que estoy trabajando. - Logro reír un momento.

- Eres muy atractivo, Jordan.

- Gracias, tú eres muy directa. - Rio y esta vez el se une a mí.

- Gracias por la comida Jordan. - Le digo una vez bajando de la camioneta. Habíamos regresado a la comisaría.

- Claro, cuando gustes. - Reímos.

Entramos y me senté en la banca de siempre. Estaba cansada, digamos que no pude dormir en casa de Allison, todo el tiempo tuve el presentimiento de que me vigilaban. Aunque sólo debía ser algo normal por todo lo que he vivido.

- ¿Oficial? - Pregunto somnolienta.

- ¿Sí, Inna?

- Mi padre se llama...se llama Klint Ito - Dije.

- Inna, Inna despierta. - Escuché al oficial Parrish llamarme.

- ¡Mi padre! - Grité de repente. - Creo que recordé a mi padre. Necesito ayuda oficial.

- Bien, señorita. - Me dice él pero yo estoy atacada de nervios. - Inna, te ayudaré ¿Okay? Sólo necesito que te calmes.

- Mi padre... - Volví a murmurar sintiéndome débil.

- ¡Ayuda! ¡Por favor! - ¡Está perdiendo la razón! - Escuché por ultimo.

Fuego y Hielo (Jordan Parrish y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora