Capítulo 8

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Narra Nina
¿Pero qué coño pasa con Ed? Le acabo de mandar un mensaje.
Me dijo que se iba a una entrevista de un máximo de dos horas y ya han pasado más de 4, para fastidiar más, hoy teníamos cena con mis padres. A este paso van a pensar que es un vil gandul que solo come y duerme, uy, puede que tengan razón.

Río en voz alta y todas las personas del restaurante (incluyendo a mis padres) me miran mal, esto hace que intente esconderme debajo de la mesa escurriéndome en la silla. Genial, otra vez me miran mal todos.

Pasan 15 minutos en los que mis padres no hacen otra cosa que lanzar veneno hacia Ed y su forma de ser, se ríen con crueldad y ven como estoy a punto de llorar, pero hoy no será ese día, así que decido que ya está bien.

Doy un golpe en la mesa y me levanto de un salto, haciendo que toda la atención caiga sobre mi frágil cuerpo.

-¡Basta ya, dejad de meteros con el hombre al que amo, eso no cambiará nada entre nosotros dos, más bien solo me hace recordar la mierda de personas que sois, harta estoy de vosotros! ¿Pero qué cojones os importa si está un poquito gordo o si tiene tatuajes? Él ha sido el único en toda mi vida que, cuando yo me sentía mal, se arrodillaba ante mi y me abrazaba como si su vida dependiera de ello.- hago una pausa para soltar una risa falsa como las suyas y sorberme los mocos con las mangas de una cara chaqueta que mi madre me había obligado a ponerme, veo como me mira horrorizada- Lo más curioso es que todas las veces que me sentía mal y destrozada era por vuestra puta culpa. Me marcho, paso de estar aquí con unos falsos de mierda que solo saben criticar cuando ellos son peores.

Dicho esto tiro la silla sin querer y me dirijo hacia la puerta lo más rápido que esos asquerosos tacones me permiten, Oh, ya sé...

Me paro en seco, me doy la vuelta y veo que mi madre me observa con lágrimas en los ojos y ambas manos en el pecho.

- Te devuelvo estos putos tacones caros que no me sirven más que para tener un dolor de pies- levanto una pierna y el tacón sale volando hacia la sopa de un señor, hago lo mismo con la otra y le da en la cabeza a otro.

- Señor, no se preocupe por su sopa, seguramente estaba asquerosa.

Me suelto el pelo, recogido en un apretado moño y quito de mi cuerpo aquella fina chaqueta.

- Te devuelvo esto también, solo sirve para presumir. Y... adiós. Si me permites, me iré a mi casa a hacer el amor con mi novio y luego a pensar en tu destrucción.

Acto seguido, salgo corriendo descalza, despeinada y con un antes elegante vestido negro.

Llamo a mi chófer, entro al coche y me paso todo el trayecto llorando.

- ¿Qué le pasa, señorita?
- Nada, Albert, mi familia es una mierda.- me seco los ojos con las manos y estos me escuecen por el maldito maquillaje.
Albert abre la boca, pero parece que se lo piensa mejor y decide decir:
- A veces la vida da unas cosas buenas y otras malas, mi señora.
- Oh, Albert. La vida es una mierda.- mi llanto crece más y me desabrocho el cinturón para abrazarlo.
- Ya hemos llegado, ¿quiere que llame al señor Sheeran o a más personal para que usted no se quede sola?
- No, del señor ya me encargo yo. Gracias Albert.
Me ayuda a bajar y le doy un beso en la mejilla.

- Ojalá tú fueses mi padre.
- Ojalá, señora.

Dicho esto me doy la vuelta y me dirijo a mi casa, sí, Albert tenía deportivas en el coche, creo que sabía que ocurriría algo así.
Sonrío pero se borra de mi cara al acordarme de Ed.

Agarro el móvil y:
Nina- Ed, te necesito.

Lo necesitaba hoy más que nunca.
Y vaya si lo necesitaba

Dame amor ( Ed Sheeran) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora