¿M A T E?

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Compañero, compañero, compañero; las palabras retumbaron en la cabeza de Jung Hoseok, mientras el dolor en su ingle se intensificaba.

Tronó su cuello de lado a lado. La ciudad de Seúl se extendía en el horizonte, una neblina brillante cubría el asentamiento humano bloqueando todo, excepto las estrellas más brillantes.

El terrible celo corría por sus venas, necesitaba liberar lo que estaba en su organismo.

Hoseok se dirigió hacia el puente que conecta el bosque con la ciudad. Él sabía exactamente donde se dirigía. Afortunadamente el año pasado había investigado bien el área, asegurándose de encontrar muchos cuerpos calientes a su disposición y placer, encontrándose con aquella calle.

Sus botas barrieron en el hormigón mientras pasaba sobre el extenso puente, su atención intentaba concentrarse en una sola dirección, pero simplemente no podía hacerlo, después de haber vivido una existencia solitaria en su bosque de casi cien años, podía considerarse un alfa de alto rango. Pero aquí, el estruendo de los motores de coche, las charlas de innumerables conversaciones y las bocinas de los coches era abrumador incluso para él. Sin mencionar la infinidad de olores, mayormente repugnantes.

Las señalizaciones que él había memorizado lo guiaron y pronto se encontró en la calle de clubes nocturnos.

Hombres y mujeres en multitud, con una gran variedad de olores.

Hoseok no podía recordar la última vez había sido verdaderamente feliz. Le gustaba la tranquilidad de su casa, pero últimamente se había convertido en un solitario cambia-formas, por naturaleza son criaturas sociales.

Él pudo soportar sólo su propia existencia por un largo tiempo. Respecto al celo él se veía obligado a calmarlo con el paso de los años, hasta que se encontró con la necesidad de buscar un compañero de una noche en Seúl.

No podía negar su biología.

Un hombre esbelto vestido con pantalones vaqueros apretados que marcaban el relieve de su miembro lanzó miradas lascivas hacia Hoseok.

—Oye, guapo. ¿Quieres unirte al lado oscuro? Tenemos galletas.

Inhaló el olor del humano con la mayor discreción posible, teniendo una clase de quemadura en sus fosas nasales; No.

Negó con la cabeza, poco tiempo después su sensible nariz fue inundada por combinaciones increíbles de olores, mientras observaba como muchos de los hombres eran aptos para sus gustos; bien construidos, con firmeza en sus glúteos, sus cuerpos relucientes de sudor. Inhaló profundamente, tomando nota de los pocos atractivos aromas del lugar, pero ninguno tuvo éxito en acariciar ese lugar especial.

Su animal parecía exigente aquella noche.

~~~~~

Jimin suspiró mientras se hundía en su sillón. El trabajo había sido una mierda.

Un dolor increíble se alojó en su cabeza. Horas y horas de mirar las líneas de código no ayudaron tampoco. Pero la descarga de calor a través de su piel empeoró todo. ¿Era septiembre ya?

Él imaginaba que era causado porque no había comido de forma saludable aquella semana, sin embargo muy en su interior sabía que era aquel ciclo del que continuaba sin acostumbrarse desde años pasados.

Cuando se dió cuenta de la época del año en la que se encontraba, la tensión en su cerebro disminuyó y él se levantó del sofá tan rápido como una bala sintiéndose extrañamente lleno de energía. Se dirigió al baño, dejando un rastro de ropa en el piso del departamento.

Dió un paso en la ducha, el calor del agua relajó aún más sus músculos. Mientras se preparaba para la tarea de limpiar cada rincón de su cuerpo, su polla se agitó; Sip, definitivamente celo.

Por lo general, no era muy activo sexualmente, pero durante un corto tiempo en septiembre, se volvió insaciable.

Un friki por dentro y por fuera, su autoestima con frecuencia recibía un golpe cuando veía a hombres y mujeres a su alrededor encontrar a alguien para llevar a casa por la noche mientras lo dejaban sentado en la esquina, mirando a su alrededor con la esperanza de que alguien lo notara. Era torpe y tímido, aparentemente poseía todas las cualidades para no atraer a compañeros

—¿Compañeros? —Dijo Jimin mientras se detenía mirándose desde la ducha hasta el espejo por su extraña elección de palabras.

Definitivamente esta noche sería diferente. Era como si algo dentro de él se encendiera, sacando una parte de él que por largo tiempo estuvo enterrada.

Pasó la toalla por su delgado torso, miró su reflejo, su pálida piel húmeda de la ducha. Se sintió atractivo, como si pudiera competir con el resto del mundo por el chico más sensual.

Una sonrisa astuta se arqueó sobre sus labios y Jimin corrió a través del vestíbulo, ansioso por salir a la calle.

Eran casi las ocho cuando dejó su pintoresco departamento. Decidió caminar los tres kilómetros a la calle donde el club se establecía. La última noche de verano era cómoda, pero su piel estaba caliente y sensible, el aire frío era muy bienvenido. Mientras caminaba podía sentir el algodón de su camiseta moviéndose a través de su cuerpo, el sentido del tacto elevado haciéndolo consciente de cada pequeña cosa. Observó las luces sobre él al pasar.

Todo era sensible: tacto, gusto, aroma, oído. Era como si una parte primordial de su cerebro se hubiera activado.

Cuando Jimin se acercaba a su destino. Miró por encima de un grupo de hombres mayores vestidos de cuero que se dirigían a un bar y luego miró a un hombre de negocios que salía de su costoso automóvil extranjero. Rico. Maravilloso. No, no es su tipo.

A pesar de estar lo suficientemente caliente como para meterse con cualquier chico, muy pocos le hicieron cosquillas en la erección, suspiró frustrado.

Tenía la sensación de que esta noche iba a ser diferente. Algo crujió en el aire como electricidad estática, su cuerpo tembló y el aroma de algo delicioso se quedó como una nube de galletas recién horneadas. Mientras se acercaba a un club nocturno en el que no había estado antes, la nariz de Jimin se encendió al percibir ese olor. Fue más fuerte ahí, concentrado olía masculino, picante, dulce, salado y tentador. ¿Colonia? Algo mejor.


I'm back :)

Unexpected «Hopemin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora