Prólogo

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La primera vez que lo pensó, estaba sentada sobre un pequeño y viejo tronco de madera.

El aire denso, la tenue iluminación, la oscuridad que avanzaba con el paso de las horas y el ambiente impasible del paisaje que tenia a la vista le provocaban una calma que jamas había sentido; aquella calma que posee un cazador experimentado que espera pacientemente por su presa.

Cerró los ojos, sonrió ligeramente e imaginó con claridad a su presa con la respiracion agitada, el miedo pintado en sus facciones, algún que otro temblor traicionero; intentó imaginar lo que podria pasarsele por la cabeza al pobre desgraciado que caería en su ansiado plan, ¿estaría assustado por su inminente destino? ¿lloraria? ¿rogaría por alguna clse de milagro que no llegaría? ¿suplicaría misericordia? ¿tal vez se resignaría, ofreciendo una silenciosa rendicion?

¿Pero como había comenzado todo?

La primera vez que tuvo que responder esa pregunta no supo muy bien que contestar, tuvo que tomarse unos minutos para poder recordar todo lo que habia pasado en esos doce meses de locura. Lo primero que llegó a su cabeza fue esa fiesta que arruinó la vida de Eli, y luego recordó la lista que habría de ser su obsesión constante, aquella que impulsaría sus planes a niveles insospechados e inimaginables.

Se acomodó en la silla con impasibilidad, su espalda se alineó en una postura que reflejaba la elegancia que siempre la caracterizaba y que otras personas habían alagado en el pasado. Su rostro denotó una sensación extraña ante la pregunta pero esta se desvaneció tan rápido como apareció.

No se engañaba, sabía que sus motivos eran puramente egoístas, que no habia razones suficientes que justificaran lo que planeaba, que no era nada personal sino mas bien una curiosidad tan pura como lacerante que no le permitía pensar en otra cosa que en su objetivo.

Si, era verdad que el sujeto elegido no era un ejemplo para la sociedad ("es un desecho por donde se lo mire" solía decir su hermana, mientras caminaban al instituto) pero por momentos le daba pena y algo de lastima de que ese hombre no supiera que su tiempo estaba contado hasta sus ultimos minutos.

No pudo evitar pensar que tal vez los daños colaterales son imposibles de evitar, horas y horas planeando para que en cuestión de minutos todo se vuelva un caos. Despues de todo el daño colateral significó una perdida irreparable en innecesaria a nivel físico y emocional.

Sonrió con amabilidad e inocencia, como si le hubieran atrapado sacando dulces de algun lugar prohibido, como si no estuviera a punto de ir a un penal.

-- Debería encender la grabadora -- dice de manera suave.

La otra mujer la mira con detenimiento.

-- Por supuesto, ¿le han leído sus derechos?

-- Si

-- ¿Y esta segura de que no quiere un abogado?

-- Tengo el derecho a negarme a uno ¿verdad?

-- Asi es.

-- ¿Podemos comenzar ya?

-- Como guste.

La inspectora se sienta en la silla con aire solemne al otro de la mesa a la que esta esposada el sujeto a interrogar.

-- Día martes 7 de marzo de 2017, Inspectora Emily Walters, entrevista a Lila Castwood por el homicidio de Cassidy y Roselyn walters.

-- Bien ¿Qué puedo decirle?

-- Podría ser - un suspiro cansado - los motivos.

-- Hay muchos, descuide le dire todos.

-- ¿Hace cuánto lo comenzó a planear?

-- Un año.

-- Entonces, ¿confiesa usted haber asesinado de forma premeditada a ambas víctimas?

-- A una de ellas sí, la otra fue.... un daño colateral.

La inspectora alzó una ceja perfectamente arreglada.

Lila volvió a exhibir una sonrisa, pero ésta se veía extraña, casi macabra.

-- Si, admito haber asesinado a Cassidy y Roselyn Walters, mis padres.



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⏰ Última actualización: Feb 19, 2018 ⏰

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