Es un tipo AU, creo. Is MIKEDU, not EDUMIKE
Nota:
✒ Alexander es mucho mayor que Eduardo y Eduardo es menor que Alexander, de acuerdo.
✒ No conozco a las demás personas pero creo que han de ser amigos de ellos, supongo, yo solo hago historias.
✒ Edu...
Alexander era un hombre extremadamente atractivo, vestía de gala la mayoría del tiempo y cambiaba de mujer cada semana al parecer nadie podía llenar los requisitos que buscaba en alguien, hasta el día de hoy.
Sus ojos color verde a la luz del sol hacia que cualquier mujer cayera a sus pies, su voz, su aroma embriagante, todo él era perfecto para el público femenino, hasta que se enamoro de un "cualquiera" según el público.
Capítulo 1 ;
Alexander
Estaba sentado en uno de sus sillones rojos favoritos esperando la llegada de una de sus mujeres de ésta semana. La mujer venía con retraso de veinte minutos y eso a él le molestaba hasta que escucho qué alguien tocaba la puerta.
- Adelante-.
La persona que tocaba abrió con cuidado la puerta y se dejó ver, era un trabajador.
- Señor, la señorita Johana cancelo la cita de esta noche y pide disculpas-. Decía nervioso, le tenía miedo hasta a su propio jefe.
- Maldita seas Johana, de acuerdo, quiero que alguien se encargue de ella -. Ordenó a su trabajador, el contrario solamente trago saliva y asintió.
- Y, ten listo mi auto, quiero salir algún lugar-.
- Si señor-.
El trabajador salió de la oficina cerrando cuidadosamente la puerta detrás de él, y camino hacia una salida indicando a otros que tuvieran listo el carro de su jefe.
Eduardo
Su jefe le había pedido que se quedara unas cuantas horas más y a cambio le iba a pagar el doble de lo que ya lo hacía, ya que los hombres se soprepasaban con las mujeres a esta hora de la noche.
Eduardo estaba frustrado, tan agobiada mente que quería descansar en una mesa y quedar completamente dormido, pero no podía. Tenía que atender a los hombres, el era el único mesero hombre del local y por eso atraía a uno que otro público femenino y una que otra nalgada de hombres.
- Me quiero ir! -. Gritaba frustrado Eduardo mientras se hacía un mechón de su cabello para atrás.
- Vete y no te pagaré -. Contestó su jefe con una mueca mirando como Eduardo hacia un berrinche - Chico, deja de quejarte y ponte atende-. El señor Israel fue interrumpido por una trabajadora que no dejaba de repetir ❝Afuera se encuentra el automóvil del señor más codiciado del país, el señor Alexander esta aquí❞ repetía las mismas palabras una y otra vez, a Israel se le podía ver un reluciente brillo pasar por sus ojos.
- Chicas, atentas, abran la zona VIP-. Dijo emocionado, Eduardo rodo los ojos.
- Pero no tenemos Zona VIP-.
- Cállate Ramírez-.
El mencionado comenzó a patalear y tocar su frente con la yemas de los dedos.
Después de que hayan pasado unos tres minutos de los reproches se escucho decir al guardia ❝Bienvenido señor, le va a encantar el ambiente❞ y otra voz que contestaba, era algo ronca y profunda ❝Y si no me encanta te mandare a ejecutar.❞
Xander al entrar al club todos voltearon a verlo, hasta que una mujer se acercó a el y le ofreció una buena mamada el negó la propuesta y pidió una mesa. Después de que una teibolera le mostró una tomo asiento con unos cuantos compañeros, no podía negar ya que tenía una muy buena vista a las bailarinas.
Hasta que esta fue interrumpida por los pechos de una mujer.
- Disculpen, van a querer algo-.
- A ti, hermosa-. La mujer sonrió y la mando un beso provocativo a Alexander.
-Unos Vodka, por favor lindura-. La chica asintió y se fue con una sonrisa sintiéndose victoriosa ya que el hombre más deseado le había dicho lindura.
- Paola prepara unos Vodka, y dónde carajo quedó Eduardo?-.
- Creo que murió, no lo sé, Ah no mira allá está-. Dijo en burla apuntando por donde salía Eduardo con una camiseta "Satan is my Sugar Daddy"
- Paola, no le decían por apodo a Alexander, Lucifer, Satanás, etc-.
- Oh chica, mira ¡Tu Daddy te va a dar leche cariño!-. Grito Paola eso hizo tener la atención y la mirada de Alexander en la camiseta de Eduardo, se mordió el labio, Eduardo sólo levantó el dedo corazón de su mano izquierda. Y grito - Que te valga madre babosa-. Alexander río leve y comenzó a imaginarse una noche entera con ese muchacho y lo iba a cumplir. Esa piel algo bronceada lo atraía, esa forma de hablar, de caminar, su cuerpo perfectamente formado y ese trasero pero lo que más le llamó la atención fue, sus ojos, ojos color miel, eran hermosos.
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