¿Será miedo o emoción lo que siento? ¿Cómo es que uno pueda ser tan viejo y se conozca tan poco a si mismo?
Realmente no me importa, y tal vez ese es el problema.
Creo que todavía tengo miedo a la muerte y me emociona un ideal falso. Ya no creo en el cielo ni el infierno ni en la reencarnación. Es gracioso como a veces pensar te ayuda a concretar tus ideales y como a veces te hace deshacerte de todo lo que creías saber. Ya no sé que creo, y tampoco me importa. Soy demasiado viejo para que me importe.
Sentado yo, a la orilla de una calle que desconozco, me como un elote que a su tiempo morirá como yo. No es el alimento ni la situación más poética, pero yo puedo llenar ese vacío con recuerdos.
De pequeño cuando solía a dar caminatas con el fantasma de mi bisabuela y continuábamos nuestra actividad favorita, ella me contaba lo que vivió y yo escuchaba en silencio.
De joven cuando nos mudamos a la ciudad y tenia que dormir debajo de la cama de mi primo escuchando sus ronquidos, en ese entonces odiaba todo, pero estaba bien cuando sacábamos las tazas y comenzábamos a beber vino. Tazas porque las copas estaban en alguna caja que todavía no desempacábamos. A veces todavía bebo en taza para recordar la inocencia.
Cuando nació mi hija y deje el carro a la mitad del trafico por terror a perderme su primer respiro.
Cuando era viejo y me contaba a mi mismo tonterías que me hacen reír.
Cuando era polvo y volaba en el viento, con demasiadas historias para contar en una sola noche de desvelo.
Cuando me observaba desde la imaginación en mi infancia y jugaba a vencer con magia los retos que todavía no enfrentaba
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Improvisando
AdventureVoy a intentar improvisar algo, mi regla es no borrar y no tardarme demasiado en escribir. Quien sabe si va a estar chido, pero por lo menos sera un experimento interesante.