Parte única.

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Taehyung sonrió, la puerta acababa de ser abierta dejando a la vista a aquél pelinegro del cual había ido en búsqueda. Hace ya bastantes noches que no lo veía, cabe decir que solo lo buscaba por beneficio propio, tenía juguetes por toda la ciudad, una cama distinta cada noche, nadie jamás podría decirle que no, lo sabía, y estaría mintiendo si dijera que no se aprovechaba de eso.

Posando sus manos en su nuca, enredó sus dedos en el cabello despeinado de HoSeok, quien seguía medio adormilado ya que acababa de ser despertado, una sonrisa diabólicamente sexy seguía adornando el rostro del menor, como si fuera a devorarlo parte por parte, y así seria, lo tendría para él aquella noche; lo deleitaría con su presencia, porque TaeHyung era un demonio, y uno jodidamente sexy y malvado que no tenía intención alguna de portarse bien esa noche.

Entre besos y mordidas arrastró al mayor hacia su cuarto, el cual conocía bastante bien, HoSeok sabía lo que el rubio buscaba, aquella no era la primera vez que tocaba su puerta en busca de sexo y, aunque intentara negarse, sabía que no podría, una noche con él valía mas de lo que él mismo podría alguna vez pagar, el menor se lo había dejado claro, solo un juguete, mas no le molestaba mientras pudiera tenerlo en su cama un par de veces al año y disfrutar de una apasionada noche a su lado.

Rápidamente se despojaron de sus prendas, ninguno perdía tiempo mientras acariciaban el cuerpo impropio. TaeHyung se retorcía de placer mientras HoSeok descendía por su cuello, acariciando la piel de aquella zona con sus labios, succionando hasta dejar marcas violáceas sobre esta en lo que el contrario jalaba de su cabello para hacer que el mayor lo mirara, musitó con voz clara «sin marcas »  cuando sus ojos conectaron, y el mayor sonrió aun sabiendo que el pelinegro las odiaba, pero no lo había tenido para él en bastante tiempo, y que lo jodieran si dejaba que TaeHyung se fuera a la mañana siguiente sin llevarse algún recuerdo suyo marcado en su cuerpo.


Jugando con los pezones del menor, lo oía gemir gustoso, amaba aquello, el descontrol que provocaba sobre él, no había muchas reglas ni restricciones a la hora de poseerlo, volviendo el acto totalmente pasional y placentero.

Sus labios descendieron por el abdomen del rubio, una de sus manos jugando descaradamente con su miembro, rozando la punta de este con sus dedos mientras TaeHyung maldecía desesperado, mordió la piel de su cadera y TaeHyung se quejó, llevó su mano al cabello del mayor jalando nuevamente con fuerza, su mirada lo decía todo, pero solo bastó un movimiento de la mano de HoSeok sobre su pene para hacerlo olvidar por completo lo sucedido, provocando que soltara un audible gemido; odiaba admitirlo, pero HoSeok lo conocía demasiado bien.

Su boca sobre su miembro era algo que lo sobreexcitaba, no había quitado la mano del cabello del pelinegro aún y, aprovechándose de eso, empujó su cabeza más abajo para que tomara mejor su miembro, sintiendo como la punta de este era aprisionada por la garganta del mayor- Sus gemidos podían oírse por toda la habitación, y seguramente fuera de ella, pero no era algo que le importara, no cuando HoSeok siempre lo había tomado tan bien, sin temor a complacerlo, sin miramientos o cuestionamientos ante la forma en que lo deseaba.

Apenas se detenía a morder sus labios de vez en cuando por el anhelo, todo aquello en aumento al sentir como los dedos del mayor se introducían en él, quería decirle que no hacia falta, entre tanta aventura sexual ya no hacia falta la preparación, pero sus dedos en su interior se sentían demasiado bien, dificultándole pronunciar palabra alguna, apenas y podía gemir y retorcerse sin correrse.


Hoseok odiaba los condones, TaeHyung odiaba que no los usara, no le gustaba la sensación que producía en él el que se corrieran en su interior, pero jamás admitiría que aquello no ocurría con el pelinegro, así que cuando el mayor introdujo su miembro totalmente erecto en su interior se quejó, podía sentirlo en su totalidad, había crecido un poco más mientras entraba en él y no pudo evitar jadear de placer mientras su espalda se arqueaba. Él mayor ahora estaba a su altura, así que no se limitó y lo miró a los ojos, HoSeok se acercó a sus labios para besarlo e introducir su lengua en su cavidad bucal, recorriéndolo para terminar jalando el belfo de TaeHyung entre sus dientes mientras esperaba a que este se acostumbrara a la sensación que producía su miembro en su interior.

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