Capítulo 1: Buscando un grupo

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Mi vida es un conjunto de malas decisiones, que me llevaron a decisiones aún peores. Pero recuerdo que no fue justamente una decisión lo que terminó de llevarme a la ruina.
Vino de golpe, como una tormenta sin anunciarse,
Llego de la nada, tenía ojos marrones, y una piel blanca, tan blanca ...

No prometo contarles una gran historia de amor, ni siquiera que termine bien. Hasta incluso dudo que sea extraordinaria o sea algo que jamás hayan escuchado. Es una historia de amor, como cualquiera, como la tuya o la de millones de personas que habitan esta tierra.
Como toda historia de amor empieza con una chica. Pero primero déjenme contarles como la conocí.
Ya les dije que en mi vida había tomado malas decisiones, demasiadas, pero al parecer, ese año había empezado a asentar cabeza, y tome una buena decicion en años.
Empezaría a estudiar para ser profesor de lengua.
Estábamos en marzo, no recuerdo bien que fecha, y tenía que empezar a asistir a los cursos de ingreso de la carrera.
Llegué tarde como siempre a los cursos, no quince minutos, ni media hora, ni una hora. Llegué una semana y una hora y media tarde.
Entré tan desinteresado del mundo como siempre, y...
_ mierda estaban haciendo un trabajo grupal !!!.
Análise un poco los grupos. Ese, estaba lleno de chicas muy bien vestidas y seguras de si misma, eran un poco mayores que yo. Mierda, no encajaba ni aunque quisiera, pero realmente no quería. Conozco a esa clase de gente, están tan encerradas en su mundo, que no les importa ni siquiera la persona que tienen al lado con tal de llegar a su cometido, y todo es fácil para ellos si papá paga la carrera. Sólo se rodean de gente como ellos, con dinero, sin necesidades, con una "buena crianza" y que tengan su supuesta estirpe. Por suerte para mi, no soy gente como ellos.
Este otro grupo era donde estaba la gente grande, tal vez recursantes o personas que quisieron estudiar de mayor. En todo caso no era un grupo para mi. No es que me crea superior, pero nunca tuve la necesidad de estudiar, con lo que leía era suficiente, mi cabeza relacionaba todo con todo. Y si era un grupo de gente mayor que quería estudiar, sólo me iban a retrasar, o no serían abiertos para compartir algunas ideas. Quizas no sería asi, pero no quería arriesgarme. Y si era un grupo de recursantes, tenía que lidiar con la soberbia ciega que posee esa gente, que se cree superior por saber un tema que vos no. Pero lo que no entienden, es que son recursantes, y eso quiere decir, que no dieron la talla para seguir adelante, y esa soberbia no es más que la de un pobre mediocre frustrado.
Después de ver el grupo donde se juntaban los que no sabían ni que carrera estaban estudiando, empezaba a perder la fe. Cuando a mi izquierda apareció lo que podría ser el grupo perfecto para mi. Eran todos diferentes y variados, se notaba que se juntaron por obligación, ya que todos parecían pertenecer a ningún lado. Las leyes de orden social y personalidad no regían en ellos.
Casi no hablaban entre si, pero se notaba una conexión en sus miradas. Era una excelente ensalada de personalidades, donde estaba seguro que faltaba yo.
Al fin me integre.
Pedí permiso, y me ofrecieron una silla, me cente al lado izquierdo de una chica muy hermosa con onda media hippie, y de mi lado derecho estaba ella, con sus ojos marrones y su piel blanca.
Aunque en ese momento le haya prestado más atención a la hippie hermosa, ese fue el primer encuentro con mi amor de ojos marrones y piel blanca.

El otoño de tu mirar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora